El falso mito de Carmen
JOSÉ MANUEL RODRÍGUEZ GORDILLO (1942-2015) Director del Archivo de la Fábrica de Tabacos de Sevilla
Apasionado de la novela de Merimée, fue también un gran investigador de la historia del tabaco
Nieto de cigarrera, llamada Carmen, “una mujer de armas tomar”, y durante muchos años director del archivo histórico de la Real Fábrica de Tabacos de Sevilla, se puede concluir que su destino profesional y su pasión vital iban a estar marcadas por la protagonista de la novela de Prosper Merimée. José Manuel Rodríguez Gordillo, hermano del pintor Luis Gordillo, falleció el pasado 31 de julio en Sevilla a los 73 años.
Rodríguez Gordillo era doctor en Historia por la Universidad de Sevilla, donde ejerció como profesor hasta su jubilación. La última parte de su vida estuvo también ligada a la fabricación del tabaco, tema en el que era una autoridad mundial, por cuanto su despacho como profesor de la Hispalense estaba ubicado en el edificio que actualmente ocupa el rectorado que es la antigua fábrica de tabacos sevillana.
Con estos antecedentes, era casi inevitable que Gordillo acabara escribiendo sobre la criatura a la que dio vida Merimée en 1845, en la novela donde germinaba el mito propagado, y modificado, por la posterior ópera de Bizet. Su libro Carmen. Biografía de un mito, con el que ganó el premio Antonio Domínguez Ortiz de biografías, es un trabajo que ahonda en las raíces históricas del personaje, y en el recorrido vital de Meri- mée, con la intención de despojar a Carmen de todos los tópicos e invenciones que se le añadieron después.
Rodríguez Gordillo defendía la profundidad de una novela “sobre la que se ha escrito poco y casi nadie ha leído”. La Carmen de Merimée va mucho más allá de una “orgía castiza y frívola de bandoleros y gitanas”. Gordillo acusa a Georges Bizet de suavizar las asperezas de la novela para no espantar a las élites francesas de 1875. “En la ópera, a Carmen le quitan todo su lado erótico, atractivo y fascinante y la convierten en una gitana vulgar que busca la libertad pero no transgrede, no usa a los hombres”, escribía.
Gordillo defendía la tesis de que la obra es un drama romántico donde se enfrentan el mundo hidalgo de Don José con el del lumpen de Carmen. “El héroe es don José y Carmen es su perdición, pero en la ópera de Bizet, Carmen es la heroína y todo se mueve en torno a ella”, señalaba antes de arremeter contra los españoles, “que somos quienes aplicamos a Carmen todos los tópicos bajunos en cuanto llegó a España la versión operística”. Según el historiador, que defiende las raíces ajustadas a la realidad de una nación destrozada tras la Guerra de la Independencia que Merimée reflejó a la hora de escribir su novela, “los españoles convertimos a Carmen en una buscadora de la libertad, cuando en realidad se trató de la primera proletaria que hace con los hombres lo que hasta ese momento hacían los hombres con las mujeres”.
Apasionado en la investigación, vital y optimista, Gordillo se pasó gran parte de su vida ordenando miles de legajos procedentes de la fábrica de tabacos, lo que le llevó a convertirse en uno de los grandes expertos mundiales sobre la historia de la entrada del tabaco en España, sobre su comercio internacional y sobre la Real Fábrica de Tabacos de Sevilla. Y nunca se fumó un cigarrillo.