Carmona, el breve
El hasta ahora portavoz en el Ayuntamiento de Madrid se rebela contra Sánchez
Tras la derrota en las municipales de Madrid, Antonio Miguel Carmona ha sido relevado como portavoz del PSOE.
La nueva secretaria general del PSOE de Madrid, Sara Hernández, no ha dejado pasar ni 48 horas desde su elección para dar un golpe de autoridad y ha destituido al portavoz socialista en el Ayuntamiento de Madrid, Antonio Miguel Carmona. Una decisión calificada por el afectado de “inopinada” y “equivocada” que ahonda en la división perpetua de los socialistas madrileños, que se puso de manifiesto en el congreso del pasado fin de semana, donde Hernández salió elegida con el 55% de los votos, pese al apoyo del secretario general, Pedro Sánchez, confirmando que el partido está dividido a la mitad, como ocurría antes y después de Tomás Gómez, también defenestrado por el líder socialista.
Carmona siempre ha estado enfrentado con Ferraz. Por eso, la decisión no será fácil de aplicar. El portavoz municipal se revolvió ayer ante la destitución y convocó una rueda de prensa para plantar cara a la nueva secretaria general: “Ella no puede destituirme” y reclamar una reunión del comité regional, máximo órgano del partido entre congresos, para que refrende la decisión, e incluso que se consulte a los militantes. Mientras tanto, él se sigue considerando portavoz en el Ayuntamiento de Madrid.
Carmona, que convocó de urgencia una rueda de prensa tras conocer por boca de Sara Hernández que quería prescindir de él, ya que hasta entonces conocía la noticia por la prensa, fue duro en sus declaraciones, que sonaron a verdadera declaración de guerra: “no pararé hasta cambiar a la dirección de mi partido”. Carmona reveló que Hernández le había ofrecido ser senador por Madrid en las próximas elecciones, oferta que ha rechazado. “Hay personas que tienen valor y otras que no tienen precio. Yo no tengo precio”, dijo. Y añadió: “No he vivido nunca de la política ni vivo de la política, y mi dignidad no tiene precio”. Seguirá de concejal en el Ayuntamiento, porque cree que es su deber: “Me debo a los militantes y a los ciudadanos” y seguirá en el PSOE, luchando por su partido y por la unidad de los socialistas de Madrid.
Carmona circunscribió su destitución a una cuestión de división: “Yo soy amigo de Tomás Gómez y de Juan Segovia –quien disputó a Hernández la secretaría general– y lo seguiré siendo, y con la cabeza alta”. De hecho, si algo ha pesado sobre Carmona ha sido ser un hombre de Gómez, que fue quien le hizo candidato a la alcaldía de Madrid, cuando nunca se había dedicado a la vida
Carmona rechaza ser senador: “Yo no tengo precio; no he vivido nunca de la política ni vivo de la política”
municipal. Con todo, Pedro Sánchez le mantuvo como candidato tras destituir a Gómez antes de las elecciones, por la popularidad que le habían dado las tertulias televisivas en las que participaba.
Hay quien cree que la designación de otro portavoz, lo será Concepción Causapié, persona cercana a Ferraz, pretendería alejar al PSOE de la alcaldesa, Manuela Carmena, para dejar de aparecer como soporte de la descoordinación de su equipo. Carmona no prevé que sea esta la razón: “Siempre he cumplido con precisión de relojero” las decisiones que se le han impuesto desde Ferraz, como votar a favor de Carmena, pero no entrar en el Gobierno. Por eso insistió en que el motivo es de “división del partido”, porque del otro argumento dado por la cúpula socialista –los malos resultados electorales– se encargó de desmontarlo: “Ha habido malos resultados de los socialistas en las grandes ciudades, en Barcelona se obtuvo un 9%, en Bilbao el 12, en Valencia el 14 y en Madrid el 16”, le faltó decir, y no han echado a ninguno.