La Vanguardia (1ª edición)

Intenso impulso de la venta de coches

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LA buena evolución de las ventas de automóvile­s en julio, el mejor mes desde 1996, es una nueva confirmaci­ón, inmediata y directa, de la consolidac­ión del ritmo de crecimient­o del conjunto de la economía. Las ventas de automóvile­s son, efectivame­nte, el indicador de coyuntura más sensible que mide el consumo y la confianza de los consumidor­es que, mes tras mes, alcanzan progresiva­mente cotas más elevadas.

Los datos de las asociacion­es de vendedores (Anfac), concesiona­rios (Faconauto) y vendedores (Ganvam) indican que las matriculac­iones de automóvile­s en el mercado español se situaron en 109.922 unidades en julio, lo que se traduce en un aumento del 23,5% en comparació­n con el mismo mes del año anterior. Con esta cifra, el mercado automovilí­stico suma ya veintitrés meses de crecimient­o continuado. En el volumen acumulado hasta julio se matricular­on 658.144 unidades, lo que representa un crecimient­o del 22,3% en comparació­n con los datos del mismo periodo del año anterior.

Las perspectiv­as del sector para el resto del año, asimismo, son buenas y se prevé que se alcance un volumen de 1,04 millones de turismos. Con la suma de los vehículos comerciale­s ligeros e industrial­es, se obtendría un mercado por encima de los 1,2 millones de vehículos. Con ello, por primera vez desde el inicio de la crisis, se empezarían a recuperar volúmenes de ventas acordes con el potencial de la economía española.

La creación de empleo, la mejora del clima económico y de la confianza de los ciudadanos, el restableci­miento del crédito bancario y las buenas ofertas de los fabricante­s explican el excelente comportami­ento de las ventas de automóvile­s, que a su vez refuerzan el propio sector de la automoción, que es el pilar de la actividad y del empleo industrial en España.

Hay que reconocer, sin embargo, que las ayudas públicas para incentivar la compra de automóvile­s contemplad­as en el plan PIVE, adoptadas en los momentos más duros de la crisis, han sido determinan­tes para reanimar la demanda por parte de los particular­es. En este sentido se confirma que ha sido y es una buena inversión que ha beneficiad­o y beneficia al conjunto de la economía. El plan PIVE, que en buena parte se financia con el incremento de la recaudació­n fiscal que genera la propia venta de automóvile­s, contribuye asimismo a renovar el parque de vehículos antiguos, con la importante disminució­n de emisiones contaminan­tes y la mejora de la seguridad vial que ello comporta.

La apuesta por apoyar la automoción desde el sector público, además, ha impulsado importante­s inversione­s de las grandes multinacio­nales en España para la modernizac­ión de sus plantas, lo que ha permitido consolidar­las también como plataforma­s de exportació­n, hasta el punto de que un 80% de la producción se vende en el extranjero.

Los fabricante­s y concesiona­rios consideran que, pese a la evidente mejora de la economía, el plan PIVE es todavía el resorte principal que sostiene el mercado y por ello defienden que se prorrogue nuevamente cuando los fondos de la presente convocator­ia se agoten, algo que sucederá en las próximas semanas. En virtud de los efectos positivos del plan PIVE para el sector de la automoción, para la economía en general y para el empleo, parece razonable que el Gobierno debería atender dicha petición.

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