Flujos migratorios
Cuando son el área mediterránea y sus costas europeas las que reciben sucesivas corrientes migratorias de africanos y de ciudadanos procedentes del este de Europa y Próximo Oriente, la sensibilidad del norte de Europa no era especialmente solidaria y comprensiva con Italia, España o Grecia.
Ahora que los saltos de valla se producen en Calais para entrar en camiones o trenes por el eurotúnel que enlaza Francia con el Reino Unido, parece que estos dos países empiezan a ver el problema con otros ojos. Y no es porque Francia y el Reino Unido no tengan muchos inmigrantes y no sean países con ciudades cosmopolitas multiétnicas, sino que no lo vivían con esa inmediatez acuciante que da el ser países de periferia con costas cercanas al norte de África y al Próximo Oriente.
Mientras la guerra, el hambre, la sed, el terror, la incertidumbre, la explotación, el paro y el miedo no se destierren de las zonas emisoras de gente pobre o que vive en la miseria, Europa seguirá siendo un objetivo prioritario por su nivel de vida y su garantía de los derechos humanos, al menos de iure aunque no siempre de facto. Por desgracia, también existe un tercer mundo en el primer mundo desarrollado. Europa no es el paraíso, también tiene sus purgatorios y algunas bolsas de pobreza, pero es una zona de paz y de relativa concordia donde no se suele dejar morir a nadie de hambre o por enfermedad.
AGUSTÍN ARROYO CARRO Madrid