El reloj pierde los cuartos
Sant Feliu de Llobregat decide limitar las campanadas de la catedral durante la noche, para reducir molestias y no acabar en los tribunales
El reloj del campanario de la catedral de Sant Llorenç ya no dará los cuartos de hora entre la medianoche y las 6.30 horas de la mañana. Por quince votos contra seis, el pleno municipal de Sant Feliu de Llobregat decidió el viernes pasado que durante esas horas sólo suenen las horas en punto y que en el resto de la jornada se baje la intensidad acústica de las campanadas.
El acuerdo municipal, más que atender a las quejas vecinales, que las ha habido, quiere evitar que el asunto de las campanadas se acabe decidiendo en los tribunales. Hace dos años, un abogado vecino de Sant Feliu presentó una demanda para que el Ayuntamiento suprimiera el toque de campanas. El reloj de la torre de la Catedral, que hace sonar unas pequeñas campanas, es de titularidad municipal, así que este tipo de decisiones corresponde al Consistorio.
Con aquella demanda, la capital del Baix Llobregat y diócesis sufragánea del arzobispado de Barcelona se sumaba a una lista corta pero creciente de municipios e iglesias objeto de quejas por sus campanas. Olesa de Montserrat, también en el Baix Llobregat, Arenys de Mar y Sant Pol de Mar, en el Maresme, Sant Mori, en el Baix Empordà... han vivido situaciones similares en los últimos años. Vecinos y/o turistas se quejaban de que las campanadas dificultaban su descanso, sobre todo el nocturno, mientras otros defendían los repiques, como simple sistema de saber la hora. Ha habido quejas que han triunfado en los tribunales. El Tribunal Superior de Justícia de Catalunya sentenció en el 2011 que las campanas del pequeño pueblo de Sant Mori debían dejar de tañer durante la noche.
Para evitar llegar a lo mismo, en Sant Feliu se han curado en salud. El grupo municipal de Ciutadans, haciéndose eco de la denuncia del vecino, presentó una moción en el plenario para que no sonasen las campanadas. El equipo de gobierno (ICV-EUiA y PSC) pactó una solución a medias para silenciar los toques de los cuartos de hora desde la medianoche a las 6.30. Votaron a favor los grupos mencionados más Veïns per Sant Feliu y Junts per Sant Feliu. En contra, votaron ERC, CiU y PP.
El alcalde Jordi San José (ICVEUiA) explica que “el de las campanadas no era un tema polémico en la ciudad, eran pocas personas las que se quejaban y ninguna entidad o asociación vecinal. Había comentarios de que alguna cosa debíamos hacer, pero no quejas formalizadas, salvo la que llegó a lo contencioso. Y era mejor no llegar a los tribunales”.
Así que se ha optado por una limitación parcial, al tiempo que se ha establecido que, durante las horas nocturnas, los toques horarios no superen los 25 decibelios de intensidad. El alcalde espera que el vecino demandante se dé por satisfecho con la reducción nocturna de las campanadas, aunque por ahora no le consta.
Los cuartos y las horas junto a la plaza de la Vila suenan desde el campanario, la única parte de la antigua iglesia que se salvó de la destrucción en la Guerra Civil. Son toques mecánicos, de un reloj asistido por ordenador. Hay campanas, desde luego, y tienen nombre: Sant Pere, Sant Llorenç, Ave Maris Stella, Sant Jordi y la Ramíria (por el copatrón de la ciudad, Sant Ramiri).
Estas campanas estan en buen estado, pero normalmente permanecen calladas. Cuentan con gente que las aprecia y las cuida, como son los miembros de la Colla de Campaners de Sant Feliu. Esta entidad es la encargada de hacer sonar las campanas de verdad, las grandes, en ocasiones señaladas. La próxima ocasión está cerca. El viernes empieza la fiesta mayor de Sant Feliu, y el programa incluye para el día del patrón, el lunes, el toc de festa, antes de dar inicio a la misa solemne de Sant Llorenç. El toc de festa es un repique de campanas hecho manualmente, a cargo de la colla de campaneros.
El alcade asegura que había pocas quejas, pero que era mejor evitar que se llegase a un juicio