Agricultura eleva los daños de la tormenta a 22.000 hectáreas
La tempestad de lluvia, viento y piedra del pasado viernes en Lleida afectó a unas 22.000 hectáreas cultivadas de fruta dulce y maíz de veinte municipios del Segrià, el Pla d’Urgell y las Garrigues, aunque se estima de manera provisional que los daños afectaron de forma más significativa a unas 9.833 hectáreas que presentarían daños superiores al 50% de la cosecha. Los datos aportados ayer por el Departament d’Agricultura, después de la visita que el conseller Jordi Ciuraneta hizo a la zona, difieren de las cifras que manejan sindicatos agrarios como Asaja y UP,l que elevan la zona crítica a 15.000 hectáreas.
Es el cuarto temporal que daña producción agrícola en lo que va de año y aunque la superficie afectada es mucho menor de la del verano del 2012 (52.000 hectáreas), se produce en un momento de plena recolección y en muchos casos se la considera más virulenta pues en este caso, muchos árboles fueron arrancados de raíz. Fuentes sindicales agrarias explican “que, en algunos casos, no sólo se ha perdido toda la cosecha sino que se han quedado sin árboles, lo que implica no cobrar nada pues el seguro no acostumbra a contemplar el supuesto”. Los payeses piden celeridad en el peritaje porque los campos han quedado muy afectados y es necesario remover cuanto antes la tierra con el fru- to caído de los árboles para evitar plagas vegetales innecesarias. “Si mantenemos la fruta podrida en los árboles y en el suelo corremos riesgo de plagas y hongos”, explicó un agricultor afectado. Para muchos se acabó la campaña.
En la comarca del Segrià la tormenta fue especialmente virulenta por la zona del Baix Segre, en Aitona, Seròs, Els Alamús, Artesa de Lleida, Soses, Alcarràs, Torres de Segre, Sunyer, Sudanell, Montoliu de Lleida, Albatàrrec, Puigverd de Lleida. En Lleida destrozó la cosecha en 1.300 hectáreas de la huerta. También causó inundaciones e importantes daños estructurales en centrales hortofrutícolas, almacenes y vehículos. En la cooperativa de Aitona, el viento arrancó una carpa de tela que protegía centenares de palés de madera vacíos y los desplazó ocasionando daños que afectarán a la producción y envasado de fruta.
Agricultura pidió ayer mismo una rebaja fiscal en el IRPF para los productores afectados.
En casi 10.000 hectáreas de las comarcas de Lleida se ha perdido más de la mitad de la cosecha