Ascensiones en Torroella
Si hay que ascender a los cielos que sea con Bach. El genio alemán compuso alrededor de doscientas cantatas sacras para ser interpretadas los domingos y festivos durante los 27 años que fue cantor de la iglesia de Santo Tomás de Leipzig. Agrupadas según la festividad para la que fueron escritas, las tres cantatas que interpreta hoy la Orquestra 1750 con el Cor de Cambra del Palau de la Música Catalana son las de la fiesta de la Ascensión. En la BWV 11, Load al Señor en su Reino, considerada un oratorio, un narrador explica la historia de la Ascensión de Jesús.
Y ahí la orquesta barroca Acadèmia 1750, surgida en el 2006 de la antigua orquesta La Principessa Filosofa y la apuesta del propio festival por crear una formación instrumental propia, contará con voces femeninas que ya han debutado en Torroella y otras masculinas que ponen el pie por primera vez en el festival. Ahí estará la soprano Laia Frigolé (Girona, 1978), que colabora regularmente con grupos especializados en música antigua como el Ensemble Méridien (con el que interpretó Dido & Aeneas de Purcell); la mezzosoprano Anna Alàs formada en la Esmuc y posteriormente con figuras como Brigi- tte Fassbaender o Dietrich Fischer-Dieskau (que ha grabado incluso para la Orquesta de la Radio de Baviera); el tenor extremeño Víctor Sordo, especializado en oratorio y ópera anterior al siglo XVIII, y que ha debutado en conjuntos de prestigio como Le Concert des Na- tions o el Collegium Vocale Gent, y finalmente el bajo-barítono Pablo Acosta, que acaba de ser elegido bajo solista de la Generation Baroque 2014 con Le Parlement de Musique.
La Acadèmia 1750, que en sus primeros años de vida se puso en manos de batutas que destacan en la interpretación con criterios históricos, como Ottavio Dantone o Paul Goodwin, está dirigida esta vez por el director del Cor de Cambra del Palau, Josep Vila i Casañas.