El grafiti se hace interactivo
Las tendencias callejeras llaman a la gente a jugar en las Nits d’Estiu del CaixaFòrum
El artista urbano de l’Hospitalet de Llobregat de casi 40 años conocido como Kenor responde a las preguntas por teléfono, desde un pueblo perdido entre Sevilla y Cádiz donde ultima unas esculturas de hierro y madera que pronto expondrá en una galería de Miami. “Vengo de París, de pintar un mural en una pared de noventa metros de largo por diez de alto –explica–. Por Barcelona paro poco, no trabajo mucho. La ordenanza de civismo nos desterró a todos. Tengo un montón de multas, todas viejas, pero muchas… Yo del Ayuntamiento no quiero saber nada. Hace poco me puse de acuerdo con unos comerciantes y H101 y yo hicimos un mural en la calle Creu Coberta, y a veces salgo por las noches…”. A veces bombardea la ciudad y su periferia.
“En Europa apenas somos un puñado de muralistas, y nos vamos turnando. Y geométricos y futuristas somos aún menos. Yo trabajo mucho con una galería de París. Me gano la vida básicamente pintando en festivales, realizando encargos en Alemania, Polonia, Rusia… sobre todo en Europa el Este. A los comunistas les gustaba mucho decorar las fábricas con dibujos geométricos, rollo Kandinsky, y eso casa mucho con lo que yo hago. Tengo bastantes cosas en Varsovia, Lodz, Poznan… En Barcelona es más complicado. No hay canales establecidos. Cada mural es un mundo. Barcelona es una ciudad gris. Al Ayuntamiento sólo le interesa la cultura prefabricada para turistas. No sé si ahora...”.
Una de las atracciones de las Nits d’Estiu de los miércoles del CaixaFòrum de este año se llama Puzzlerizm, una suerte de muro de madera y acero de más de 3,66 metros ancho y dos y medio de alto que el visitante completa jugando con nueve piezas de aluminio y dos caras. Por delante y por detrás. Un grafiti interactivo. La obra la firman Kenor y el promotor de arte urbano Arcadi Poch, quien lleva años dedicándose a negociar con las instituciones la búsqueda de espacios públicos donde desarrollar trabajos de un modo legal. Como el gran mural de la calle Sant Pau pintado por Sixe Paredes, uno de los artistas que años atrás decoró la fachada de la Tate Gallery y que en estos momentos se mueve por medio planeta. Los preparativos burocráticos fueron mucho más com- plicados que la obra en sí. Poch tardó años en apañarlo todo.
“Que el arte urbano llegue al CaixaFòrum es una prueba más del creciente interés que despierta entre el gran público –explica ahora Poch–, de que ya no se trata de algo tan endogámico, underground y alternativo como lo fue el grafiti. En el arte urbano, muchas veces, más importante que la propia obra, es el proceso en sí mismo, y las emociones que genera, el diálogo con la gente. Aquí en el CaixaFòrum tratamos de dar un paso más: el diálogo con la gente es el auténtico protagonista. Y lo convertimos en un juego. La gente tiene que terminar la obra, tiene que colocar las piezas. Y lo más interesante, el resultado final de todo, es la experiencia que tienen mientras terminan la obra. Puzzlerizm es una mural y al mismo tiempo un puzzle”.
“Sí, bueno –retoma Kenor cambiándose el teléfono de oreja–… yo voy mucho al CaixaFòrum. Hacen unas sesiones muy interesantes de música electrónica experimental, y mi obra es un intento de pintar música electrónica… Y si La Caixa pone el dinero y apuesta por la otra cultura pues yo… Me ha costado mucho coger ese dinero, pero es que sin ese dinero no se podrían hacer determinadas cosas… y Arcadi me lió y yo me dejé liar… Porque caminas por Barcelona y básicamente lo que te dice es compra, consume, produce… El arte urbano pretende plantear otros mensajes. Este puzzle propicia una comunicación y una participación con la gente que difícilmente puedes alcanzar en las calles”.
Un grafitero y un promotor invitan al visitante a completar su multicolor muro de madera y acero