Un auténtico fuera de serie
Lugar y fecha: Palau de la Música. Mas i Mas Festival (4/VIII/2015) El currículo del pianista Marco Mezquida es de los que impresionan. Con tan solo 28 años el músico menorquín se ha convertido en un virtuoso capaz de difuminar las fronteras entre clásica, jazz, improvisación contemporánea y acervo popular. Y lo demostró con creces en su concierto en el Mas i Mas Festival. Acostumbrado a prodigarse por el Jamboree, su paso por el magno recinto modernista sirvió para culminar una carrera abundante en discos y actuaciones por medio mundo, ya sea como protagonista o sideman.
Su dialogo con un imponente Steinway no se limitó a tocar el teclado, sino que desde el principio se ocupó también de sus entrañas, ya fuera haciendo pizzicatos con las cuerdas o amortiguando sus vibraciones con objetos, amén de golpear unas campanillas que colgaban de la tapa. Mezclando improvisaciones con temas propios, la Elegía inicial sirvió para conectar romanticismo neoclásico con visos de contemporaneidad, acelerando y ralentizando el tempo entre oleajes tempestuosos y un minimalismo crepuscular que puso en evidencia la importancia de los silencios.
El segundo bloque fue más desenfadado, jugando con un ritmo trepidante, la amortiguación de las cuerdas con objetos y obte- niendo sonidos deslizantes con las manos, en lo que bien hubiera podido ser la banda sonora de un cartoon de Tex Avery. Luego volvió a incidir en su faceta de concertista clásico mezclado con la libertad del improvisador, culminando con el emotivo estreno de Joia, una pieza dedicada a su abuela.
Lo mejor de la pianística de Marco Mezquida no es su consumada técnica sino la capacidad de sugerir. Así, en una misma pieza, se puede pasar de imaginarse un haiku musical de resonancias orientales a El cant del ocells levemente insinuado y de ahí a un blues propio al más puro estilo barrelhouse. Fueron casi dos horas de pura ambrosía, finalizadas con una versión de All of me, que sirvieron para certificar que estamos ante un auténtico fuera de serie.