Rajoy desliga el desafío del soberanismo de la reforma constitucional
El presidente avisa que los cambios no gustarán al independentismo El PSOE pone en duda que el PP quiera reabrir la Carta Magna
Mariano Rajoy confirmó ayer, tras su encuentro con el rey Felipe VI en Palma, que sopesa promover una reforma de la Constitución en la próxima legislatura. Una reforma de la Carta Magna, advirtió, que no está motivada por el desafío soberanista. El presidente puntualizó que las modificaciones no gustarán a los independentistas.
Mariano Rajoy se mostró ayer partidario de acometer una reforma limitada de la Carta Magna, tal y como informaba La Vanguardia, en la próxima legislatura. No será de inmediato y menos aún, condicionado por las elecciones catalanas del 27-S y las demandas de los soberanistas. “Ninguna reforma se hará con los parámetros que plantean los independentistas catalanes, que lo que quieren es liquidar la soberanía y la unidad de España”, dijo el presidente del Gobierno al comparecer ante los medios tras el tradicional despacho con el Rey anoche en el palacio de Marivent.
Rajoy no se opone a una reforma que, en todo caso, debe plantearse con el máximo consenso. El presidente respondía al debate abierto tras las declaraciones del ministro de Justicia, Rafael Catalá, que el pasado jueves adelantó la disposición del Gobierno a una futura reforma de la Constitución en algunos artículos como la delimitación de competencias del Es- tado y de las autonomías y el referente a la sucesión a la Corona.
Rajoy inició su comparecencia repasando las cuestiones tratadas con don Felipe, entre las que, según aseguró, no figuraron ni las elecciones catalanas ni la posible reforma constitucional. “No hay que hilar una cosa con otra”, dijo Rajoy quien recordó que “los independentistas no van a quedarse contentos con las reformas constitucionales que puedan aprobar las Cortes; sus parámetros son la liquidación del Estado, y no lo vamos a permitir”
Mas abierto que en otras ocasiones a abrir el melón constitucional y tras poner en valor los derechos que consagra, recordó que la Carta Magna ya se ha modificado otras veces: para que los ciudadanos europeos pudieran votar en las elecciones municipales y para establecer el limite de endeudamiento. “Se puede cambiar de nuevo para hacer más “entendibles” las competencias de las comunidades”, dijo.
Rajoy situó los cambios a medio plazo: “Cada legislatura tiene sus prioridades y esta tenía una por encima de todo, que era evitar quiebra de España y el rescate para empezar a crecer. En la pró- xima podemos hablar, pero siempre con el máximo consenso posible de todos los partidos”.
El presidente aludió al dictamen que en su día elaboró el entonces presidente del Consejo de Estado, Francisco Rubio Llorente, por encargo del Gobierno Zapatero, que calificó como “magnífico” para iniciar el debate. Ese informe incluye la supresión de la preferencdia del varón en la su- cesión al trono, la recepción del proceso de construcción europea, la denominación de las autonomías y la reforma del Senado.
La cuestión catalana ocupó gran parte de la comparencia del presidente, aunque no de motu propio. Rajoy derivaba todas las cuestiones a dejar constancia de los logros de su gobierno en materia económica, recordando los datos que avalan la recuperación y la creación de empleo. Cuando se le planteó la posibilidad de reformar la financiación autonómica, recordó que en los últimos tiempos no había nada que repartir y, al mismo tiempo anunció que en 2016 las autonomías recibirán 10.000 millones de euros.
Preguntado por cómo actuaría el Ejecutivo si el 27-S ganara la opción indepentista, Rajoy apeló a no adelantar acontecimientos y
recordó, en clara alusión a Mas, que si para modificar el Estatut se requieren dos tercios del Parlament, es incomprensible que alguien afirme que “con un escaño más de la mayoría se va a iniciar un proceso hacia ninguna parte”. “Lo que tenga que ser España, lo decidirán todos los españoles y los independentistas lo saben, como sabían que no podían hacer un referéndum e hicieron un simulacro”, añadió sobre la consulta del 9-N. “Lo que tienen que hacer es decir la verdad para no general frustración y lo único que hacen es general división, discordia y entorpecer la recuperación económica”, reprochó. Rajoy afirmó que “no es aceptable ni democrático que a los que tengan la condición de catalanes, españoles y europeos se les obligue a elegir entre una u otra”.
Rajoy confirmó su intención de participar activamente en la campaña del 27-S. “Quiero decirle a todo el mundo cuál es mi opinión, sería un irresponsable si no participara. Son unas elecciones muy importantes y todo el mundo tiene que ir a votar”, concluyó .
También se refirió a la última encuesta del CIS (Centro de Investigaciones Sociológicas) en las que se observa un repunte de los dos grandes partidos. Rajoy defendió el trabajo y la función del PP y el PSOE y subrayó que en las grandes democracias, como Estados Unidos, Alemania y Gran Bretaña, donde hay progreso el papel del bipartidismo es fundamental para sacar adelante los grandes asuntos de gobierno. Así, admitió que tanto el PSOE como el PP a los que “se les ha atizado mucho”, han hecho algunas cosas mal, pero también “han acertado en otras”.
“Es incompresible iniciar con un escaño más un proceso a ninguna parte” “Cada legislatura tiene sus prioridades y la de esta ha sido evitar la quiebra de España”