Prioridad al corredor mediterráneo
Que el corredor ferroviario del Mediterráneo, otro año más, quede relegado entre las prioridades inversoras del Ministerio de Fomento resulta en extremo preocupante, ya que supone retrasar nuevamente la obra de infraestructura que mayor progreso económico puede generar al país en los próximos años.
El proyecto de presupuestos generales del Estado para el 2016, que el Gobierno ha entregado esta semana al Congreso, prevé una inversión en nueva infraestructura ferroviaria por valor de 4.022 millones de euros, de los cuales el corredor mediterráneo tiene asignado el 25%, frente al 29% del corredor atlántico, mientras casi la mitad –un 46%– se destina a proyectos fuera de ambos corredores principales, según pone de manifiesto un informe presentado ayer por la Cambra de Comerç de Barcelona.
Está alejado de toda lógica, y del principio de eficiencia coste-beneficio que debería presidir todas las obras públicas, que el esfuerzo inversor ferroviario del Ministerio de Fomento se concentre en actuaciones radiales de alta velocidad y de baja densidad de demanda en lugar de concentrarse en el corredor mediterráneo, definido como prioritario por la Unión Europea junto con el corredor atlántico.
El corredor ferroviario del Mediterráneo, en concreto, está incluido por la Unión Europea en la red básica intraeuropea de transportes, con un trazado de 1.300 kilómetros, desde el puerto de Algeciras hasta la frontera España-Francia por Portbou. Este corredor ofrece una eficiente salida exportadora, tanto económica como en el aspecto medioambiental, a todo el litoral mediterráneo, en donde se genera el 40% del PIB español, y puede ser asimismo un factor que desarrolle nuevas e importantes inversiones que multipliquen este potencial. A este eje, además, deben tener acceso los puertos de Huelva, Cádiz, Sevilla, Algeciras, Málaga, Motril, Almería, Carboneras, Cartagena, Alicante, Valencia, Sagunt, Castellón, Tarragona y Barcelona que, unidos en red, pueden captar una parte sustantiva del flujo de mercancías que llegan desde Oriente por el canal de Suez y que se dirigen al potente sistema portuario Rotterdam-Rin.
Las obras del corredor mediterráneo valoradas por el Ministerio de Fomento en 19.242 millones de euros, se benefician de un 20% de financiación de los fondos comunitarios. En su día, el Gobierno español se comprometió a llevar a cabo todas las actuaciones del citado corredor en el periodo comprendido entre los años 2014 y 2020. Mucho nos tememos, sin embargo, que este plazo sea imposible de cumplir a la vista de las cicateras decisiones inversoras del Ministerio de Fomento respecto a este proyecto. Se hace necesaria una contundente y urgente reclamación al Gobierno de todos los agentes y territorios implicados, desde Andalucía hasta Catalunya, para lograr que el corredor mediterráneo pueda ser una realidad plenamente eficiente y operativa en las fechas inicialmente previstas; es decir, dentro de cinco años.
Por encima de cualquier otro interés político en la asignación de las inversiones del Ministerio de Fomento, hay que aprovechar la actual etapa de crecimiento económico para impulsar esta importante obra de infraestructura que puede tener un enorme impacto multiplicador en la economía productiva de este país y contribuir, con ello, a consolidar el progreso futuro.