Golpe contra falsos revisores de luz y gas
Detenidos 29 supuestos instaladores tras robar en 160 pisos de ancianos, en diferentes localidades de Catalunya
La visita a casa aparentemente inofensiva de dos operarios de la compañía eléctrica o del gas para revisar la instalación ha acabado en más de 160 robos de dinero y joyas en pisos habitados por personas mayores de toda Catalunya, desde principios del 2014. Los Mossos d’Esquadra han logrado detener a 29 presuntos ladrones de varios grupos criminales especializados en este modus operandi; otros 14 están imputados pero en paradero desconocido.
La operación, que sigue abierta, ha introducido además como novedad la práctica de 74 ruedas de reconocimiento justo después de las detenciones para facilitar a las víctimas la identificación de sus asaltantes. De la treintena de arrestados, 16 ya han ingresado en prisión, según informó ayer la policía catalana.
A pesar de la relevancia de la investigación, con las últimas dos detenciones el pasado 17 de julio, los Mossos recomiendan máxima cautela ante la visita a casa de operarios que aseguren ser los revisores o instaladores de la luz o del gas. Entre los consejos de seguridad, no dejar solos en ningún momento a los operarios en casa para minimizar el riesgo de robo, contactar antes con la compañía a través del número de teléfono indicado en las facturas y en ningún caso llamar al número facilitado por la pareja de revisores.
En caso de aceptar realizar la revisión de la instalación, los Mossos recomiendan pedir un presupuesto y no tomar ninguna decisión en la primera visita. Si se sospecha que no se trata de un instalador homologado hay que llamar inmediatamente al teléfono de emergencias 112.
La investigación policial se inició un año y medio atrás, después de comprobar un incremento del número de robos en los que las víctimas, mayoritariamente de edad avanzada, denunciaban que personas perfectamente vestidas de operarios de la luz o del gas habían entrado en su casa y mientras uno de los técnicos entretenía a los inquilinos el otro recorría las habitaciones del piso con la excusa de verificar la instalación, fueran radiadores, enchufes o el calentador del gas, para acabar vaciando la casa de dinero y joyas.
En algunas ocasiones, cuando fueron sorprendidos por las víctimas, llegaron a cometer robos violentos o con intimidación. Las pesquisas policiales se centraron en grupos criminales perfectamente organizados y con mucha experiencia previa, pues la mayoría de los ladrones habían trabajado antes como operarios de la luz o del gas en empresas legales; tenían casi todos antecedentes policiales por hechos similares.
Antiguos operarios engañaban a las víctimas para entrar en la casa y después sustraer joyas y dinero