Arquitecto cocinillas
El 4 Canyes es un oasis de sensibilidad cerca de Barcelona
Entre la madeja de autopistas que articulan el estratégico nudo del Papiol, esta tranquila localidad se ve como una antigua fortaleza medieval. Los automovilistas son conscientes de su presencia en lo alto, pero pocos conocen su núcleo urbano. Junto a él, un agradable espacio arbolado abriga una pequeña casa donde vive y, desde hace unos años se refugia de la crisis, un arquitecto cocinillas. Un personaje conocido en la comarca que ha cambiado la mesa de proyectos por un espacio culinario con fogones, hornos y cava de vinos.
Tan sólo hace un año que Jesús Navarro y su esposa Mercè Roig inauguraron el pabellón vidriado que se abre sobre la sombreada terraza. Jesús ha apostado por un servicio lleno de proximidades, confortable y donde se pueda comer de forma apetecible y fácil, pero con un firme compromiso con el producto.
Encontrarán, si visitan el 4 Canyes, una casa donde charlar un rato y beber una copa no está reñido con degustar una cocina honesta que aspira a progresar y afianzarse en un nivel de bastante calidad. El refrescante tabulé de quinoa con sardina ahumada, la tradicional baldana de Tortosa con mango, las croquetas de chipirones, las ensaladas verdes y rojas de hortalizas combinadas con encurtidos y queso de cabra y algún tartar tan expresivo como generoso, abren un abanico de platos principales donde es obligatorio destacar el bacalao con alcaparras, el veraniego pulpo con vinagreta y patatas y varias carnes preparadas en un Josper. El cochinillo, el secreto ibérico, la butifarra del Papiol y los pies de cerdo destilan un sabor de humo de brasas que impregna de aire popular las carnes tiernas y bien seleccionadas.
Los vinos, modernos y de precio moderado, sirven a la perfección cualquier posible menú, apoyados por un servicio amable y espontáneo.
Un rincón escondido en el entorno metropolitano de Barcelona que apuesta por la frescura y por una personal forma de entender la cocina popular.