Polémico concurso de dos niños

El concurso de una niña de 10 años y un niño de 12 están creando revuelo en este Mundial de Kazán. Ayer, cuando la bahrainí Alzain Tareq nacida en el 2005 se convirtió en la participante más joven de un Mundial sin mayor polémica, trascendió que los dos nadadores con quienes compartía serie el birmano Ahnt Khaung Htut decidieron de mutuo acuerdo retirarse y dejar nadar solo al menor. Al contrario que el COI, la FINA no pone límites de edad y permite a cada país tener al menos un nadador por prueba. la por perdida. Su final fue el mejor ejemplo de ese espíritu. Jessica fue sexta en un primer 50 m dominado por Pedersen. En el segundo largo, las cosas empeoraron y tocó pared en séptima posición, con el peor parcial de todas las finalistas, y llegó al 150 m ya última, volviendo a marcar el peor parcial. La carrera parecía no poder ir peor, hasta que en los últimos 50 m sorprendió a propios y extraños con una remontada para la historia. Vall realizó el parcial más rápido y pareció faltarle piscina para llegar aún más lejos. El 35s57 con el que cruzó la piscina en ese último largo fue, de hecho, el segundo parcial más rápido de toda final.

La clave, como reveló la nadadora, se la había dado el técnico. “Había hablado con él de que no podía dar la carrera por perdida, que tenía que ir al máximo en el último viraje, que no me volviera loca en las primeras tres brazadas y que a partir de ahí progresara. Si ha salido bien, la culpa es suya”, bromeó Vall. “Jessica es la número uno aprovechando oportunidades –añadió Jou–. Hablamos de que la final sería muy táctica y ella, en la táctica, lo controla todo muy bien”.

La nadadora dedicó la medalla al técnico y a su marido, con problemas de salud que recientemente la obligaron a pasar algunas noches en el hospital y adaptar sus entrenamientos. “Este año no ha sido bueno, hemos tenido algún problema de salud y nos hemos tenido que adaptar un poco todos. Pero al final las cosas han salido muy bien”, se felicitó Jessica.