La Vanguardia (1ª edición)

Ledecky completa su exhibición

Katie se cuelga su quinto oro con nuevo récord y es la primera en ganar todo entre 200 m y 1.500 m libre

- RAMÓN ÁLVAREZ Barcelona

Fría y disciplina­da de principio a fin, Katie Ledecky no se soltó la melena hasta ayer para celebrar con rabia la gesta que cerraba su amplio programa de competició­n. La estadounid­ense golpeó repetidame­nte el agua de la piscina que la ha convertido, a sus 18 años, en la primera nadadora que consigue ganar todas las pruebas de estilo libre entre 200 m y 1.500 m, el mediofondo y el fondo de la natación, una gesta que hasta ayer nadie –ni hombre ni mujer– había hecho en un Mundial. Lo consiguió a lo grande, batiendo su propio récord del mundo de 800 m en casi cuatro segundos. Es su décima plusmarca mundial y su quinto oro en Kazán. A los de las cuatro distancias –200 m, 400 m, 800 m y 1.500 m– suma el del relevo 4x200 m.

“Para mí siempre es un premio poder decir que has hecho algo que nadie había hecho antes, pero detrás de eso hay mucho trabajo –explicó la nadadora, quien más allá de sus medallas y sus marcas valoró haber dado en Kazán un paso más tras los cuatro títulos que consiguió en Barcelona hace dos años–. Voy a disfrutar de esto durante unos días y luego me pondré a trabajar, porque espero que haya nuevos éxitos por llegar”.

Ledecky insistió en que sus logros tienen tanto de trabajo como de concentrac­ión, sin dejar espacio a la improvisac­ión. “Estoy orgullosa de cómo he manejado todas las pruebas, porque todo ha salido según lo habíamos planificad­o. Tenía que competir toda la semana y ha salido perfecto”, reveló. “Lo mejor es olvidarse de ella cuando estás en la piscina, ella pone los límites de lo que una nadadora puede llegar a ha- cer”, afirmó una asombrada Lauren Boyle, que consiguió la plata tocando la pared a casi 10 segundos de la estadounid­ense y aún así batiendo el récord de Oceanía. La neozelande­sa fue también la víctima de Ledecky en las series y la final del 1.500 m libre, donde la estadounid­ense decidió superar sus marcas por partida doble. “Nadie puede saber lo rápido que puede ir Katie, porque siempre es capaz de superarse –reflexionó la británica Jazmin Carlin, bronce–. Es increíble. Ahora se ha atrevido también con el 200 m y eso nos obligará a nadar también más rápido esa prueba”.

Fiel a su regularida­d, Ledecky nadó una final perfecta, poniéndose en tiempo de récord en el primer largo y marcando parciales de 30s que sólo superó ligerament­e en tres ocasiones. Como en sus anteriores finales, no metió pies hasta el último largo, en el que marcó un sorprenden­te 28s41. Fue el parcial más veloz de la prueba, incluyendo los del lanzamient­o. Hasta en eso, Katie marcó estilo. Su gesta no tiene más precedente­s que el del australian­o Jon Konrads y el del estadounid­ense Tim Shaw, quienes en los años 50 y 70 del siglo pasado lograron los récords de 200 m, 400 m, 800 m y 1.500 m libre. En 1975 Shaw ganó las finales de 200 m, 400 m y 1.500 m, aún sin el 800 m en el programa del Mundial.

La jornada también deparó la repetición del podio de 100 m mariposa femenino en la final de 50 m, con la sueca Sjöström conquistan­do el oro que le faltaba, y la reaparició­n del francés Florent Manaudou en el 50 m libre por delante del estadounid­ense Nathan Adrian y del sudafrican­o Chad Le Clos en el 100 m mariposa. El título masculino de waterpolo fue para Serbia, que superó 11-4 a Croacia .

“Voy a disfrutar de esto unos días y luego me pondré a trabajar, porque espero nuevos éxitos” La estadounid­ense volvió a nadar una final perfecta, con un último largo más veloz que el del lanzamient­o

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