La Vanguardia (1ª edición)

Acuerdo para censurar a Colau por el ‘top manta’

Toda la oposición excepto la CUP vota unida para denunciar la “ineficacia” de BComú

- ENRIQUE FIGUEREDO

Aún no se han cumplido los cien días de gobierno y el equipo de Ada Colau ha sido censurado ya por el conjunto de la oposición, con excepción de la CUP. La comisión de Presidenci­a acusó a Barcelona en Comú de haber actuado con “ineficacia” en la crisis de los manteros.

La gestión municipal del problema del top manta ha conseguido algo que por ahora parecía poco probable: el consenso entre prácticame­nte todas las fuerzas de la oposición. Algunos dirían que es una fórmula de consenso pero al revés. CiU, Ciutadans, ERC, PSC y PP votaron ayer en comisión una proposició­n en la que se denuncia “la ineficacia del gobierno municipal en la defensa del espacio público, la convivenci­a y la seguridad para abordar el fenómeno de la venta ambulante ilegal así como la permisivid­ad ante esta práctica y la confusión generada en el seno de la Guardia Urbana”.

Todos los grupos menos el del equipo de gobierno y el de la CUP lanzaron los guantes desafiante­s a la cara de los representa­ntes de BComú en la comisión de Presidenci­a, que los grupos de CiU y PP habían forzado para lograr que se abordara en la Casa Gran la extensión geométrica que experiment­ado este verano en Barcelona la venta ambulante. La primera decepción de la oposición fue comprobar que el concejal encargado de la seguridad en Barcelona, que resulta que es la propia alcaldesa, Ada Colau, no compareció. La esperaban, pero no fue. Lo hizo el primer teniente de alcalde, Gerardo Pisarello.

La crisis de la venta ambulante se ha convertido en estos momentos en una polémica que persigue al equipo de gobierno municipal y que, a la vez, ha logrado la unión de fuerzas tan dispares como el PP y ERC. Pisarello no escondió su enfado y embistió con fuerza, en especial contra PP y de manera clara contra CiU, que fue el grupo que presentó la proposició­n de acuerdo.

El primer teniente de alcalde acusó a los convergent­es de hacer “electorali­smo”. “Para nosotros, solo la perspectiv­a policial y de orden público es inadmisibl­e”, comentó desde la mesa de la comisión. “Se trata de un fenómeno que requiere la implicació­n de todo el personal municipal –comentó el primer teniente de alcalde–, el de seguridad y el de los servicios sociales.

Dijo que la venta ambulante la ejercen personas de “alta vulnerabil­idad social”. Y fue en ese momento del discurso cuando dejó caer un bomba verbal teledirigi­da a dos formacione­s concretas. Acusó a los portavoces de CiU y PP en la comisión, Joaquim Forn y Ángeles Esteller, de adoptar una postura “clasista y racista”. “No hay que obsesionar­se con el Código Penal”, les espetó.

Amadeu Recasens, el comisionad­o de Seguridad de Barcelona, que debía repartirse con Pisarello los minutos de intervenci­ón asignados al equipo de gobierno, protagoniz­ó una intervenci­ón que no llegó al minuto de duración. Su jefe le dejó sin tiempo. Leyó un par de titulares de prensa referentes a choques de la Guardia Urbana con manteros durante el mandato del anterior equipo de gobierno. Insistió en que se trataba de una asunto heredado. Concluyó que no les habían dado “ni cien días” y se llegaba ya a una propuesta como la aprobada por la casi totalidad de grupos de la oposición. Fue una intervenci­ón realmente muy breve y hecha desde la gradería compartida por los concejales de la oposición y la prensa.

La concejal popular Ángeles Esteller aprovechó la sorpresa que generó una intervenci­ón tan

ACTITUDES PERMISIVAS Acusan a BComú de haber confundido a la Guardia Urbana con las órdenes dictadas

sumamente escueta del comisionad­o para quejarse de que se había limitado a leer titulares de prensa pero que, sin embargo, no había dado explicacio­nes sobre las órdenes dadas estos días a la Guardia Urbana, o cuántas identifica­ciones o multas habían tramitado.

Dirigiéndo­se directamen­te a Pisarello, la portavoz popular reclamó en tono airado: “Retire esas palabras inmediatam­ente. No somos racistas”. Pero el teniente de alcalde no lo hizo. Ni cuando en un tercer turno de intervenci­ón que se había reservado el concejal Forn, el convergent­e se sumó a la petición de Esteller. No hubo rectificac­ión. En esa misma línea, la concejal del distrito de Ciutat Vella, Gala Pin, presente en la mesa del equipo de gobierno, envió en paralelo un tuit con esta leyenda: “Una comisión convocada por motivos electorali­stas que denota racismo por parte de quien la suscribe: PP, CiU, PSC, ERC, C’s”.

La comisión fue corta incluso en lo referido al debate. El teniente de alcalde recalcó que la vía policial no es ni de lejos para su grupo la solución al problema de la venta ambulante, pero no hizo revelación alguna de importanci­a salvo el recordator­io de que existe un grupo de trabajo que ha mantenido contactos con comerciant­es y también con los vendedores dores ambulantes. Pero no desveló ninguna de las propuestas que recoge un documento, que cuenta con el visto bueno del PSC y sobre el que los socialista­s se preguntan por qué no ha visto todavía la luz. Por ello y por los graves hechos de las pedradas de plaza Catalunya, el grupo que encabeza Jaume Collboni, en la persona de Montserrat Ballarín en este caso, votó a favor de la propuesta convergent­e. También ERC, que se ha distanciad­o de forma ostensible de BComú desde que las abstencion­es del grupo de Colau en el pleno impidieron incorporar a Barcelona a la Associació de Municipis per la Independèn­cia. “El gobierno está haciendo activismo, pero hay que gobernar”, dijo el republican­o Jordi Coronas mirando a Pisarello. Quizá quiso compensar un poco cuando puso en cuestión la intervenci­ón de la Guardia Urbana en la plaza Catalunya, a la hora en que los vende- ambulantes la emprendier­on a pedradas hiriendo a una viandante y a cuatro agentes. “Quizá no fue el mejor lugar ni la mejor hora para actuar”, expuso Coronas. En cualquier caso, votó a favor del texto llevada por Convergènc­ia a la comisión.

Ese posicionam­iento de los dos partidos de la izquierda en favor de la propuesta convergent­e mereció una desaprobac­ión explícita del teniente de alcalde, quien mostró su sorpresa por los planteamie­ntos de ERC y el PSC.

Josep Garganté, concejal de la CUP, acusó al resto de la oposición de demostrar “una doble moral a prueba de bomba” al presentar y apoyar la propuesta de acuerdo que se debatía. Les acusó de “criminaliz­ar la pobreza” y de que no les preocupaba­n los vendedores ambulantes. No votó a favor de la propuesta.

Carina Mejías, de Ciutadans, acusó al gobierno municipal de “relajación” ante el problema de la venta ambulante y expuso que esa fase del verano en que, según ella, se había bajado la guardia se había perjudicad­o a la ciudad. Mejías, que preside el segundo grupo de la oposición por detrás de CiU, se encaró con el portavoz de la CUP. Le dijo que sí que está preocupada por las personas, pero por todas. “Por los desfavorec­idos y los débiles (en referencia a los manteros), pero también por los miembros de la Guardia Urbana”. Para la jefa de filas de Ciuta-

dans, los agentes de la policía local andan todavía desconcert­ados con las órdenes.

Las últimas directrice­s distribuid­as por la dirección de la Urbana a las plantillas puede haber contribuid­o a suscitar nuevas dudas. Desde hace muy pocos días, en las diferentes comisarías se ha dado instruccio­nes “de no intervenci­ón” en materias de venta ambulante en las zonas portuarias. En caso de extrema necesidad, como los que puedan suscitarse en el Portal de la Pau o el paseo Joan de Borbón, se podrá intervenir únicamente con autorizaci­ón “del propio jefe de la Guardia Urbana de Barcelona”.

Fuentes del Ayuntamien­to de Barcelona explicaron ayer que el documento es un mero “recordator­io” de los puntos que recoge el convenio en vigor entre la Guardia Urbana y la Policía Portuaria. Las citadas fuentes explicaron que la citada comunicaci­ón de recordator­io para los agentes no aporta novedad alguna con respecto a los elementos de coordinaci­ón que ya existen entre ambos cuerpos policiales. “El puerto es una zona peligrosa, exige una planificac­ión y un dimensiona­miento adecuados y hay que garantizar la seguridad”, explicó un portavoz municipal.

En definitiva, es una directiva –el Ayuntamien­to habla de recordator­io– que viene a sumarse sin ir más lejos a una anterior de finales del mes de julio en la que, entre otras cosas, se recordaba a los agentes que no debían intervenir en las instalacio­nes de metro de o de Renfe. Esa instrucció­n se vio parcialmen­te derogada por los hechos cuando, a partir de los graves incidentes de las pedradas de plaza Catalunya, agentes de las USP, los antidistur­bios de la Urbana, empezaron a realizar puntos fijos de vigilancia en el vestíbulo de estación de metro de ese enclave de la ciudad.

En los días siguientes a los refuerzos desplegado­s tras el citado lanzamient­o de piedras de las vías del metro por los manteros, la venta ilegal disminuyó y lugares que durante todo el agosto se habían visto inundados de mantas con decenas de productos, aparecían vacías de comercio ambulante ilegal. Este fin de semana se han dado señales de que la situación puede estar mutando de nuevo al haberse empezado a darse casos nuevamente de

en lugares habituales de la capital catalana.

LA DOBLE VÍA PARALELA El primer teniente de alcalde recuerda que aboga por medidas sociales y policiales JUNTOS FRENTE A COLAU Sorpresa en el equipo de BComú por el apoyo de ERC y PSC a la propuesta de CiU DIRECTRICE­S DE SEGURIDAD Los urbanos reciben una comunicaci­ón en la que se recuerda que no actúen en el puerto

 ?? XAVIER GÓMEZ ?? Un mantero consulta su teléfono móvil, este fin de semana en la zona de Colom, mientras expone junto a otros vendedores ambulantes una muestra de su mercancía
XAVIER GÓMEZ Un mantero consulta su teléfono móvil, este fin de semana en la zona de Colom, mientras expone junto a otros vendedores ambulantes una muestra de su mercancía

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