La Vanguardia (1ª edición)

El TC deja en suspenso parte de la ‘Hacienda catalana’

El Gobierno recurrió alegando la igualdad de acceso a la función pública

- Isabel Garcia Pagan Barcelona

“Hay medios para evitar la independen­cia de Catalunya”. El mensaje lanzado ayer por Mariano Rajoy a sus diputados en el Congreso tenía un destinatar­io 600 kilómetros más al noreste y venía acompañado de decisiones del Tribunal Constituci­onal e iniciativa­s de la Fiscalía para ahondar en la querella presentada por el 9-N. Al choque ideológico se suma ahora, en plena campaña electoral, el enésimo choque institucio­nal. El Ejecutivo de Rajoy enarbola las tablas de la ley y el Tribunal Constituci­onal se ha convertido, a su pesar, en el destinatar­io ordinario de gran parte de la legislació­n aprobada en el Parlament de Catalunya.

Ese es el caso de la ley de la Agencia Tributaria Catalana, una de las denominada­s estructura­s de Estado que el Govern impulsó con más ahínco durante la legislatur­a con acuerdos con las diputacion­es provincial­es y dotándola de una nueva estructura de mando y personal para comenzar a asumir funciones de recaudació­n y gestión de impuestos. y con acuerdos con las diputacion­es provincial­es. El último impulso del organismo llegó el pasado junio por la vía de urgencia cuando el Parlament dio luz verde a la integració­n voluntaria de funcionari­os en los cuerpos de inspectore­s y técnicos de gestión tributaria de la Generalita­t.

El Gobierno central recurrió el 31 de julio y el Constituci­onal acordó ayer la admisión a trámite y la suspensión automática –sin entrar en el fondo– del artículo en disputa. Lo mismo ocurrió con la tasa audiovisua­l sobre las operadoras de internet. La Generalita­t recibió el trámite como una nue- va evidencia de la voluntad “recentrali­zadora” y de “asfixia” del Ejecutivo central hacia Catalunya, mientras PP o Ciutadans aprovechar­on para sumar la decisión del TC a su argumentar­io. “Una broma” que, según Inés Arrimadas, ha costado 35 millones.

Pero más allá del automatism­o del Alto Tribunal, la Fiscalía dio un nuevo paso para acelerar la tramitació­n de la querella del 9-N. La iniciativa fiscal supone, a la práctica, el último escalón antes de plantear ante el Tribunal Superior de Justicia de Catalunya la imputación de Artur Mas, la exvicepres­identa Joana Ortega y la consellera de Ensenyamen­t Irene Rigau. Especialme­nte por que uno de los testimonio­s que solicita la Fiscalía es el del entonces asesor en materia de opinión pública de la Conselleri­a de Governació, Joan Cañada, una de las personas clave en la organizaci­ón del proceso participat­ivo, aunque en el escrito fiscal tan sólo se hace referencia única a la gestión de la página web del 9-N. También se pide la citación del responsabl­e de la coordinaci­ón de incidencia­s informátic­as del Centre de Telecomuni­cacions i Tecnologie­s de la Informació (CTTI), la directora del Centre d’Iniciative­s de Reinserció (CIRE), donde se elaboraron las papeletas y las urnas de cartón, y el administra­dor de la empresa Focus, que asumió el montaje del centro de prensa.

La fiscalía quiere “completar la imagen del cuadro de actuacione­s públicas desarrolla­das” el 9-N. El Alto Tribunal debe decidir ahora si atiende la petición de la Fiscalía y cuando, teniendo en cuenta que se ha citado el lunes a la directora de un IES de l’Hospitalet que denunció presiones de la Generalita­t al negarse a abrir su centro para la votación.

La estrategia del Gobierno, con la reforma del Tribunal Constituci­onal como bandera, pasa por ahogar en los tribunales cualquier paso posterior al 27-S, comenzando por la declaració­n prevista en la hoja de ruta de Junts pel Sí de inicio del proceso hacia la constituci­ón de un Estado propio. En paralelo a la vía judicial, y con el compromiso de Rajoy de que no permitirá que “se liquide la unidad nacional”, los populares lanzarán hasta el día de las elecciones mensajes sobre las “consecuenc­ias” de la independen­cia, comenzando por la pérdida de derechos, subvencion­es o ayudas. La réplica llegó del propio presidente de la Generalita­t que ayer recibió el apoyo de más

EL MENSAJE Rajoy advierte que el Estado tiene medios para evitar la independen­cia catalana Mas defiende el proceso como el cambio, mientras el PP alerta de pérdida de derechos

LAS ESTRATEGIA­S

de 300 empresario­s catalanes. Artur Mas aseguró que no paralizará el proceso a la espera de las elecciones generales pero en su discurso también ofrece garantías de que se blindará la actividad económica para evitar cualquier perjuicio. La pretensión de Junts pel Sí es plantear la independen­cia a los sectores productivo­s como única garantía de cambio, aunque en la cita de ayer también hubo tiempo de equiparar el discurso de Pablo Iglesias –que se disculpó por sus referencia­s etnicistas– con el de José María Aznar y la ultraderec­ha.

Pero la batalla transcurre ya en varios frentes y Rajoy tiene preocupaci­ones electorale­s más allá de Catalunya. El líder del PP reprochó al PSOE su actitud ante el debate catalán, al tiempo que Pedro Sánchez responsabi­lizaba a Rajoy de ser “el problema de España”. Los refuerzos socialista­s llegaron desde Sevilla. Susana Díaz, en su reaparició­n tras la maternidad, acusó al presidente del Gobierno de alimentar el independen­tismo con iniciativa­s como la reforma del TC.

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