Intimidad violada
Cuando se escuchan conversaciones ajenas, a veces se oyen cosas que no se deberían oír. Y que no se deberían utilizar. Esto le ha pasado a la justicia colombiana, que en el marco de una investigación policial vinculada al proceso de negociación entre el Gobierno y las FARC se dio de bruces con una comprometedora confidencia realizada por una popular actriz y cantante, Carolina Sabino, a su hermana: la de que había abortado en el verano del 2014 para no comprometer su carrera artística. La Fiscalía no se lo pensó mucho a la hora de utilizar la grabación en su contra y anunciar precipitadamente su procesamiento por supuesto aborto ilegal. Hasta que la reacción ciudadana le ha obligado a dar marcha atrás. El hecho no sólo pone en tela de juicio la restrictiva legislación colombiana en materia de aborto –sólo admitido en caso de peligro para la salud mental o física de la madre–, sino que ha puesto en evidencia una intromisión intolerable en la intimidad de las personas y el secreto de sus comunicaciones.