Gran Hermano antiabortista
Polémica en Colombia por el
intento de imputar a una actriz por aborto ilegal a partir de unas escuchas
Qué tiene que ver el proceso de paz colombiano con el debate sobre el aborto? El Gran Hermano está en todas partes y nos vigila. El último ejemplo es lo sucedido con Carolina Sabino, popular cantante y actriz de telenovelas del país caribeño. Un fiscal anunció la semana pasada que sería procesada por abortar, tras interceptar legalmente una escucha telefónica de la que era objeto su hermana por un caso que no tiene nada que ver con la interrupción voluntaria del embarazo. Tras una gran polémica sobre la violación de la intimidad de la artista, el fiscal general dio ayer marcha atrás.
La hermana de Carolina, Lina Luna, también actriz, estaba casada hasta hace poco con Andrés Sepúlveda, un hacker encarcelado y condenado a 16 años de cárcel por espiar a miembros del Gobierno de Juan Manuel Santos y a negociadores del proceso de paz que se sigue en La Habana con la guerrilla de las FARC. Sepúlveda trabajaba para Óscar Iván Zuloaga, el candidato uribista que el año pasado perdió las elecciones frente a Santos. El caso convulsionó la campaña y ayudó a reelegir al presidente. En el marco de esa investigación, el fiscal escuchó una llamada donde Carolina –de 38 años y que tiene un hijo de 15 de su primer matrimonio– explicaba a Lina que en julio del 2014 se había sometido a un aborto, de manera supuestamente ilegal, porque tener un bebé en ese momento afectaría a su carrera artística, según filtraciones de la Fiscalía.
Se calcula que cada año se practican en Colombia unos 400.000 abortos clandestinos, pero la justicia se centró en Carolina. No sólo se reabrió el eterno debate sobre el aborto, sino también el del derecho a la privacidad y al secreto de las comunicaciones.
“Me sorprende que un episodio tan personal y doloroso sea expuesto a la ciudadanía, sin tener consideración con mi familia”, escribió la actriz, indignada, en un comunicado difundido el viernes. “Esto no solo ha violado mi intimidad, sino que ha atacado mi dignidad y mis derechos como mujer, como persona y como ciudadana”, añadió, a la vez que indicaba que no había recibido ninguna notificación de la Fiscalía que, sin embargo, sí lo divulgó a los medios.
En seguida las redes sociales se incendiaron y Sabino recibió más apoyos que críticas. Debido a la vulneración de su intimidad, pero también porque con la imputación la Fiscalía prejuzgaba que el aborto era ilegal cuando perfectamente podía entrar en el supuesto de legalidad de que un embarazo puede ser interrumpido si peligra la salud mental o física de la madre, como dictaminó en el 2006 el Tribunal Constitucional.
“Yo entiendo que su caso es por causa de salud mental y que contaba con un certificado médico que determinaba ese riesgo, que es lo único que debe comprobarse”, dijo a El Tiempo Mónica Roa, vicepresidenta de la oenegé feminista Women’s Link. “El mensaje que se está enviando es que solicitar un aborto legal se puede convertir en una violación de sus derechos, de su integridad, lo cual puede llevarlas a que decidan tomar nuevamente el camino de la clandestinidad”, añadió Roa, quien también denunció la violación del derecho a la intimidad de la artista y la difusión de su historial clínico.
El fiscal general, Eduardo Montealegre, trató de zanjar ayer la polémica dando marcha atrás, alegando que no tenía conocimiento de la imputación de la actriz y desautorizando a su subordinado. “Soy el primero en censurar el manejo inadecuado de esta información”, indicó en un comunicado. “Nunca autoricé la divulgación de la decisión tomada”, añadió Montealegre, anunciando que asumiría “personalmente” el expediente. Aunque señaló que el caso “contiene bases respetables”, el fiscal general aprovechó para presentarse como defensor de los derechos de las mujeres. “Voy a liderar una discusión seria y académica en el país para presentar un proyecto de ley que avance en la protección de los derechos de la mujer a interrumpir el embarazo”, agregó. Casualmente, Montealegre está salpicado por un caso de corrupción, y ayer El Tiempo se preguntaba si el caso Sabino, que se dio en el “peor momento” de Montealegre, no habrá sido una cortina de humo.
Las críticas por violación de la intimidad fuerzan a la Fiscalía a dar marcha atrás