La recuperación comercial se afianza
LAS grandes empresas españolas de la distribución confirman el cambio de ciclo de la economía española con el consumo como principal motor, con un aumento de sus ventas por encima del 3% en lo que va de año, así como con el mayor ritmo de creación de empleo. Las empresas miembros de la Asociación Nacional de Grandes Empresas de Distribución (Anged), que en su conjunto emplean a 220.000 personas, han aumentado sus plantillas en 6.800 trabajadores en el último año, han abierto 140 nuevos establecimientos y han realizado una inversión superior a los 1.260 millones de euros.
Frente al optimismo por la consolidación de la recuperación del consumo, desde este importante sector económico, que representa una quinta parte de las ventas del conjunto del comercio español, se alerta del nuevo riesgo que representa para el futuro la creciente competencia que viene de la mano de internet. De momento, el comercio electrónico en España representa tan sólo el 3% de la facturación total, pero la tendencia al alza es imparable, ya que en países cercanos como Alemania y Francia se triplica ya este porcentaje. El peligro es que cunda el ejemplo de la estadounidense Amazon o de la china Alibaba, que son grandes organizaciones comerciales que venden on line las veinticuatro horas del día, sin tiendas físicas ni stocks.
El aumento de las ventas on line es una amenaza creciente, de cara al futuro, tanto para las grandes empresas de distribución como para el pequeño y mediano comercio. Todo el sector en su conjunto, desde sus respectivas estrategias, debe posicionarse para reaccionar ante la nueva era del comercio, con innovación e inversión, para fidelizar a sus clientes y ganar otros nuevos con una actitud más activa a través de todos los canales de venta: los tradicionales y los electrónicos.
Ante la nueva revolución que afronta el comercio, las grandes empresas de la distribución piden a las diversas administraciones públicas un nuevo planteamiento reformista en favor de la libertad comercial, la unidad de mercado y la regulación estable, para contribuir a consolidar la recuperación del comercio, así como normas claras comerciales y fiscales iguales para todos en internet, con objeto de evitar la competencia desleal.
El llamamiento de la gran distribución, que no es nuevo, se realiza en unos momentos en los que vuelven a arreciar las medidas proteccionistas en defensa del pequeño y mediano comercio en casi todo el país, con nuevas moratorias a las inversiones de los grandes grupos, así como más restricciones de horarios e impuestos específicos a las grandes superficies.
No parece lógico que desde las administraciones públicas se tenga que penalizar a la parte más dinámica del sector comercial, en unos momentos de difícil transformación como el actual, para intentar proteger al comercio pequeño y mediano. Las políticas excesivamente proteccionistas, en la época actual, pueden ser incluso perjudiciales para aquellos a quienes se intenta defender. Las ayudas públicas al pequeño y mediano comercio deberían centrarse fundamentalmente en apoyar la formación, la innovación y la inversión, así como en impulsar su decidida apuesta por el comercio electrónico. De cara al futuro no hay más defensa que luchar con las mismas armas contra una competencia que mantiene abiertas sus puertas veinticuatro horas sobre veinticuatro. En la misma línea se pronuncia también la Comisión Europea.