Medidas disuasorias
El Ayuntamiento de Peñíscola aprobó la puesta en marcha de la ordenanza de convivencia ciudadana que tipifica la venta fraudulenta como falta por suponer no sólo un perjuicio para los comercios locales que sí pagan sus impuestos, sino por la falta de garantías que el comprador obtiene tras la adquisición de un producto de dudosa procedencia y por el cual no puede efectuar ni reclamación ni exigir devolución. El comercio local contribuye a sostener el Estado de bienestar, así como los servicios sociales, a través de la tributación; la venta fraudulenta no sólo garantiza la perpetuidad de la explotación de los manteros por parte de mafias, sino que, además, es una competencia desleal contra el comercio local y legal.
Como medida punitiva y disuasoria, la ordenanza prevé la multa de vendedores y compradores, a quienes se les informa de dicha circunstancia por distintas vías (señalética, megafonía de las oficinas de información turística, folletos y campañas de concienciación para disuadir a los compradores por los perjuicios que la proliferación de esta venta ilegal supone para ellos mismos).
ALFONSO LÓPEZ
Concejal de Gobernación del Ayuntamiento de Peñíscola