Maura, la chica de oro del cine español
La actriz nacional más premiada cumple hoy 70 años
La chica Almodóvar por antonomasia (y la nena del célebre “nena, tú vales mucho”, como la llamaba Fernando García Tola en el programa Esta noche) ya es más bien la madre o la abuela del cine español.
La abuela o la chica de oro del cine español (tras ser realmente una de las Chicas de oro en la versión española de la serie). Razones: hoy mismo cumple 70 años, tiene nietos desde hace tres lustros, los papeles de abuela o madre, lógicamente, son ya habituales en su carrera desde hace tiempo (como en la última película que ha rodado, donde su hijo es el chico de moda del cine cómico español, Dani Rovira), y, sobre todo, es un referente para las nuevas generaciones de actrices.
Toda una referencia, sí. Podría decirse incluso que Carmen Maura es la Meryl Streep del cine español. Como ella es una actriz versátil que no posee un atractivo físico especial y como ella acumula premios, distinciones y halagos.
Chica de oro también porque Maura es la actriz más premiada del cine español de los últimos tiempos con, entre otras distinciones, tres Goya a la actriz principal (récord actual) y uno como secundaria, dos premios Félix del cine europeo, un premio César del cine francés (y también es Caballero de la Orden de las Artes y Letras de Francia), seis Fotogramas de Plata (sobre 12 candidaturas), premio en los festivales de Cannes, Venecia, Locarno, Valladolid, Málaga y San Sebastián y premio honorífico Donostia en ese último certamen, significativamente el primero –y único hasta hoy– para una actriz española. Evidentemente Maura no ha pisado Hollywood, pero si ha trabajado en el cine de varios países europeos (en especial en el francés) y también en el de varios sudamericanos, territorios todos ellos donde es también muy querida, sobre todo en Francia, llegando incluso a tener su principal residencia en París durante largos periodos últimamente.
Su filmografía incluye más de cien películas –amén de teatro y series televisivas–, pero curiosamente empezó muy tarde a dedicarse a la interpretación y sin prepararse especialmente para ello.
Nacida en el barrio madrileño de Chamberí (no lo puede negar, es una mujer echada pa lante que no se muerde la lengua), sobrina-bisnieta del político Antonio Maura, Carmen Maura hizo estudios de filosofía y Bellas Artes (en París) y ya tenía un cómodo porvenir planeado (dirigía una galería de arte, estaba casada con un destacado abogado, tenía ya un hijo y otro en camino) cuando, a los 24 años, decidió dar un giro radical a su vida.
Ella lo ha contado así: “Había entrado en un grupo de teatro de aficionados y empecé a darme cuenta de que yo ni planchaba, ni cocinaba, ni era la típica madre materna. pero que en el escenario tenía unas cualidades que a los demás les costaba aprender. Allí arriba me olvidaba de mi timidez, porque en la calle era muy tímida... Un día me vio en una función pequeñita un crítico y me dijo: ‘tú, ¿por qué no te dedicas a esto?’ Y en el camino de allí a mi casa, o sea en 20 minutos, dije ‘pues voy a ser actriz’”.
Pero las cosas no le fueron nada fáciles, pues se encontró con la oposición frontal de su familia, como ella misma ha contado. “Hace cuarenta años la situación de la mujer era muy diferente. Ahora una niña dice que quiere ser actriz y estupendo; antes, era ser puta directamente. Mi hermano mayor sostenía que todas las actrices eran putas... Y en teoría mi marido era moderno y todo eso. Pero me dijo que no iba a conseguir nada, que me iba a volver loca... Después me quitaron la custodia de los niños”.
Hizo sus primeros papelitos en el cine en 1969 y comienza a tener relevancia protagonizando, en el 77, Tigres de papel, de Fernando Colomo. Luego llega su trascendental etapa con Almodóvar, con quien rueda Pepi, Luci, Bom y otras chicas del montón, Entre tinieblas, ¿Qué he hecho yo para merecer esto?, Matador, La ley del deseo y Mujeres al borde de un ataque de nervios y, tras un largo desencuentro, Volver, que fue sólo una tregua: “Limamos asperezas... Pero la relación ya no fue la misma... Yo tengo lo mío y él perdió el humor y se ha convertido en un tipo amargo. Se enfada con cada cosa que digo de él, está mayor”. Otros hitos de su carrera, que incluye filmes de buena parte de los principales directores españoles, han sido ¡Ay, Carmela!, de Carlos Saura, o La comunidad, de Álex de la Iglesia, con quien ha rodado también 800 balas y Las brujas de Zugarramurdi.
Su carrera incluye más de cien filmes y es un referente para las nuevas generaciones de intérpretes