La empresa feliz

Sólo un 31% de los empleados de Estados Unidos están comprometidos con su trabajo: lo dice un estudio de Gallup, y probablemente sea extrapolable a muchos países. En estos días de “vuelta al cole” muchos deben estar pensando en el sentido de su existencia laboral. A muchos les preocupa el ambiente de trabajo. Como a Félix, el biólogo que después de convivir durante dos años con una pequeña tribu del Amazonas, volvió a casa para intentar salvar las dos librerías que le dejó su padre en herencia. El aprendizaje con los umeni, el hacer sencillas las cosas que parecen complicadas, le sirvió a Félix para convertir un negocio decadente en la mejor librería del país.

La vida de Félix se la ha inventado David Tomàs para explicar la que en el fondo es su propia historia: fundador del grupo Cyberclick, que recibió el año pasado el reconocimiento de Best Place to Work. Entonces mucha gente empezó a preguntarle sus “secretos” de embajador del buen rollo en la empresa. Y ha escrito un libro, La empresa más feliz del mundo (Empresa Activa). “Para hacer trabajo creativo, de pensar, hay que estar bien, tienes que sentirte reconocido y tener un entorno de confianza”. En Cyberclik hay tantos problemas como en cualquier otra empresa. “Pero los tratamos de forma diferente”. Cada tarde, los 50 empleados reciben un e-mail, que pregunta: “¿cómo te ha ido el día?”. “Vimos que había un gran cliente, que aportaba el 25% de los ingresos, que generaba mucho estrés al equipo. Decidimos dejarlo”.

Alguien puede pensar que Tomàs es un directivo naïf. “Pero estamos creciendo mucho, y estoy convencido de que es por el compromiso de la gente”. Su fórmula se lee en un par de horas.