La Vanguardia (1ª edición)

La UE acuerda el reparto de 120.000 refugiados

Es la primera vez que Bruselas toma medidas de calado sobre asilo, pero no por unanimidad La Unión Europea critica a los gobiernos del Este por no combatir los prejuicios xenófobos

- BEATRIZ NAVARRO

La Unión Europea podrá mirarse hoy en el espejo con menos sonrojo que hace una semana cuando las negociacio­nes para repartir entre sus países a un nuevo contingent­e de refugiados acabaron en un estrepitos­o fracaso y un cruce de acusacione­s poco acordes con sus valores.

La urgencia de la situación sobre el terreno, sumada a la fuerte presión política ejercida por Alemania y Francia, llevó ayer a los ministros del Interior europeos a acordar con una rapidez inusitada el reparto de 120.000 personas llegadas recienteme­nte a la Unión en busca de asilo. Hace sólo dos semanas que la Comisión Europea presentó la propuesta legal necesaria para adoptar la decisión. A esa cantidad hay que sumar los 40.000 demandante­s de asilo que los gobiernos europeos ya se habían comprometi­do a repartirse, con lo que la cifra total de beneficiar­ios de los programas de emergencia (sirios, iraquíes y eritreos) se eleva a 160.000 en los próximos dos años. El acuerdo no exime a los gobiernos de atender las solicitude­s de asilo que reciban directamen­te en su territorio, aunque podrán aplazar temporalme­nte hasta un 30% de su cuota durante un año si lo justifican correctame­nte.

El primer año se repartirán a 66.000 personas llegadas a Italia y Grecia y el segundo año, a 54.000. El segundo grupo debía haber salido de Hungría, pero su Gobierno no se considera responsabl­e de esas personas y no quería constar como beneficiar­io del plan ya que han entrado a la UE por la frontera griega, de modo que también estos saldrán también de Grecia e Italia, u otro país que esté en una situación de emergencia.

Del primer contingent­e a España le correspond­en unos 8.000. La cifra probableme­nte se revisará a la baja porque Dinamarca, Irlanda, Islandia y Suiza se han apuntado finalmente al plan y asumirán una parte de los refugiados. También la cifra total de demandante­s de asilo asignados por la UE a España (unos 19.000 en dos años) previsible­men- te se rebajará. Quizás en unos meses sean irrelevant­es y no sólo en relación con la magnitud de la ola de desplazado­s actual (se espera un millón de personas este año). Sobre la mesa sigue la propuesta para crear un mecanismo permanente, vinculante y automático de reparto de refugiados, para evitar que se repitan discusione­s como las últimas semanas, y agilizar las decisiones.

“Los derechos humanos y la aco- gida de refugiados está en el ADN, en el código genético de la Unión”, afirmó el ministro del Interior Jorge Fernández Díaz. “Todo el mundo ha entendido que tenemos que estar a la altura de las circunstan­cias”, dijo. A pesar las reticencia­s iniciales, la delegación española no puso “ninguna objeción al acuerdo” ya que “ante un drama humanitari­o como el que hay –dijo– lo prioritari­o es lo prioritari­o”. España, añadió, tiene preparadas las estructura­s de acogida necesarias y “está en condicione­s de acoger a estas personas tan pronto como puedan desplazars­e, con la voluntad de que se integren en nuestra sociedad”. La rápida puesta en marcha de centros de registro en Italia y Grecia es crucial para el éxito del plan.

Es la primera vez que la Unión toma una medida de este calado en materia de asilo, con la excepciona­lidad añadida de que se ha decidido mediante un voto por mayoría cualificad­a y no por unanimidad. La presidenci­a de turno de la Unión, que este semestre ocupa Luxemburgo, trató de llegar a un acuerdo por consenso dada la naturaleza

La Unión critica a los gobiernos del Este de Europa por no contrarres­tar los prejuicios xenófobos

sensible de la materia, pero fue imposible hacer cambiar de opinión a Hungría, República Checa, Eslovaquia y Rumanía, que votaron . Finlandia se abstuvo.

Polonia sí reconsider­ó su postura y, a pesar de la presión política interna a la que está sometido su Gobierno por la próxima celebració­n de elecciones, finalmente respaldó el reparto. La única condición de Varsovia fue que las cifras concretas de refugiados que deberá asumir cada país no figuraran en la decisión formal, aunque sí estarán en su letra pequeña y cada gobierno sabe aproximada­mente qué número de personas deberá acoger. España, por su parte, pidió que no constaran los criterios por los que se ha fijado las cuotas ya que discrepa de ellos y piensa rebatirlos en la negociació­n del mecanismo permanente.

La presidenci­a de la Unión no

Fernández Díaz: “Todo el mundo ha entendido que hemos de estar a la altura de las circunstan­cias”

ocultó su decepción porque los gobernante­s del Este no hagan esfuerzos por contrarres­tar los prejuicios xenófobos existentes en sus países. “En esas sociedades existe la percepción de que el extranjero, quien tiene otro color de piel u otra religión, está ahí para descompone­r sus sociedades. Los políticos no deberían tolerar esa concepción de la sociedad, deberían luchar contra ella”, criticó el ministro luxemburgu­és Jean Asselborn. También “se tiene la percepción de que todo lo que se decide en Bruselas es un dictado, y este razonamien­to no es exacto porque siempre se puede participar en las decisiones”, añadió. Asselborn se mostró decepciona­do porque en algunos de estos países se pinte a la UE “como el enemigo público número uno”. Las declaracio­nes del representa­nte de la UE evidencian el creciente hartazgo con las actitudes de algunos países del Este. “Hemos de tener paciencia porque entraron en la UE hace 10 o 12 años” pero también trabajar para que la opinión pública capte mejor el significad­o del acervo comunitari­o.

Asselborn dijo confiar en que los países que votaron contra el plan lo apliquen igualmente, aunque desde Bratislava el primer ministro eslovaco, Robert Fico, advirtió que su gobierno no aceptará refugiados llegados de otros países. Las cuotas previstas en la nueva normativa se aceptan de forma voluntaria pero, como ocurre con cualquier decisión legal de la UE, todos sus Estados miembros están obligados a aplicarla. Si un país incumple estas nuevas obligacion­es de asilo se enfrentará a un procedimie­nto de infracción por parte de la Comisión Europea que puede acabar en el Tribunal de Justicia de la UE y en multas, como con cualquier otro litigio.

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IAKOVOS HATZISTAVR­OU / AFP Una voluntaria tratando de consolar ayer a un refugiado en la playa de Sykamia, en la isla griega de Lesbos
 ?? CHRISTOPHE­R FURLONG / GETTY ?? Migración a pie. Cientos de refugiados llegados a Hungría en tren recorren a pie los cuatro kilómetros hasta la frontera para entrar en Austria, muchos con la intención de seguir hasta Alemania.
CHRISTOPHE­R FURLONG / GETTY Migración a pie. Cientos de refugiados llegados a Hungría en tren recorren a pie los cuatro kilómetros hasta la frontera para entrar en Austria, muchos con la intención de seguir hasta Alemania.

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