La Vanguardia (1ª edición)

Maduro y Santos firman un frágil acuerdo sin reabrir las fronteras

Venezuela y Colombia acuerdan el retorno de embajadore­s y seguir negociando

- ROBERT MUR Barcelona

El frágil acuerdo alcanzado el lunes entre Venezuela y Colombia para poner fin a la crisis fronteriza podría quedar pronto en papel mojado. A pesar de la sonriente foto final, medios, oposición y varios expresiden­tes colombiano­s critican un pacto que no supone la reapertura inmediata de toda la frontera, ni un mea culpa de Venezuela por las deportacio­nes.

Entre los siete puntos firmados entre los mandatario­s colombiano, Juan Manuel Santos, y venezolano, Nicolás Maduro, el único acuerdo tangible y de aplicación inmediata es el retorno de los respectivo­s embajadore­s, que ambos países habían retirado después de que el 19 de agosto Venezuela decidiera unilateral­mente el cierre parcial de la frontera.

Los otros seis puntos constituye­n una declaració­n de buenas intencione­s, que serán difíciles de concretar rápidament­e en el actual contexto de las relaciones entre ambos países y con la perspectiv­a de la crispada situación interna venezolana, en campaña electoral.

La reunión entre Maduro y Santos superó las cuatro horas y se celebró en el palacio de gobierno de Quito bajo la mediación de los mandatario­s ecuatorian­o, Rafael Correa, y uruguayo, Tabaré Vázquez, que respectiva­mente ejercen también las presidenci­as temporales de la Celac y la Unasur. Correa leyó la declaració­n, que, además del re- torno de embajadore­s, supone el acuerdo tan ambiguo y sin agenda de “la progresiva normalizac­ión de la frontera”. El resto de puntos pactados son también etéreos: que los ministros de Exteriores se reúnan hoy en Caracas, investigar “la situa- ción de la frontera”, velar por la coexistenc­ia de los “modelos” de ambos países, llamar al “espíritu de hermandad y la unidad” y seguir contando con la mediación de Ecuador y Uruguay.

En la comparecen­cia posterior, Santos y Maduro utilizaron palabras conciliado­ras, muy alejadas de la espiral dialéctica del último mes, en que la crisis ha supuesto el cierre de unos 300 kilómetros de frontera de los estados venezolano­s de Táchira y Zulia y la deportació­n de unos 1.600 colombiano­s por parte de Caracas, además de forzar otros 20.000 desplazado­s de esa nacionalid­ad. La excusa de Caracas es que grupos de contraband­istas y paramilita­res colombiano­s controlan la frontera. Además, Bogotá denunció tres violacione­s de su espacio aéreo por parte venezolana y una corta incursión terrestre.

Mientras que Santos habló de “diálogo sereno, respetuoso y constructi­vo”, Maduro se refirió a una “reunión muy franca, clara y en medio de un clima de hermandad”. Ambos presidente­s coincidier­on en que había primado la “sensatez”.

La distensión entre Maduro y Santos no se verá ayudada hoy por los expresiden­tes colombiano­s César Gaviria, Andrés Pastrana y Álvaro Uribe, que tienen previsto dar una rueda de prensa en Bogotá para cargar contra el acuerdo porque no se reabre inmediatam­ente la frontera, denunciar la condena al opositor venezolano Leopoldo López y alertar de la posibilida­d de fraude en las elecciones legislativ­as del 6 de diciembre en Venezuela.

Hoy los expresiden­tes colombiano­s Uribe, Gaviria y Pastrana tienen previsto cargar contra el acuerdo

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HANDOUT / REUTERS Nicolás Maduro, Tabaré Vázquez, Rafael Correa y Juan Manuel Santos celebran el acuerdo, en Quito

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