Laura Wasser, la abogada de los famosos de Hollywood
Laura Wasser es la letrada más requerida en Hollywood para los casos de divorcio
Si alguien está orgulloso de ella, ese es su padre, un famoso abogado especializado en divorcios que cuando nació no tuvo problemas en ponerle de nombre Laura Allison Wasser para que sus iniciales fuesen LAW, es decir “ley” en inglés. Cuando llegó el momento de estudiar una carrera, siguió el negocio familiar, y aunque por un momento intentó probar una especialidad diferente, orientada a los servicios sociales, cuando su propio matrimonio con un español fracasó decidió aprovechar lo que estaba servido en bandeja.
Su ascenso en el despacho Wasser, Cooperman & Carter fue meteórico y pronto se convirtió en una de las socias, pero no porque la bella abogada fuera simplemente la hija de papá. Wasser demostró desde un primer momento una capacidad excepcional para lidiar con casos notorios y personalidades extravagantes. Cuando en el 2001 defendió a Stevie Wonder de las acusaciones de su exnovia Angela McFee, quien le pedía 30 millones de dólares por haberle contagiado herpes, demostró que sabía cómo resolver una situación, tanto en los juzgados como ante la prensa.
Pronto su nombre comenzó a volverse popular entre las estrellas y dos años más tarde apareció en todos los periódicos cuando Angelina Jolie la contrató para que tramitara su divorcio de Billy Bob Thornton. La situación se repitió poco después gracias a Spike Jonze, quien usó sus servicios para concluir su matrimonio con Sofía Coppola, y para cuando Kiefer Sutherland le pidió que resolviera su situación con Elizabeth Kelly Winn ya eran multitud las celebri- dades que requerían sus servicios.
A los 47 años, Laura Wasser se ha consolidado como la abogada a la que recurren los famosos, y en su larga lista de casos resueltos figuran también los divorcios de Charlie Sheen y Denise Richards, Britney Spears y Kevin Federline, Shaquille O’Neal y Shaunie O’Ne- al, Christina Aguilera y Jordan Bretman, Kim Kardashian y Kris Humphries o Demi Moore y Ashton Kutcher .
Fue ella también la responsable de representar a Robyn Moore, la esposa durante 30 años de Mel Gibson, para quien consiguió la suma más importante otorgada en un divorcio hasta la fecha, 400 millones de dólares, y su fama aumentó aún más cuando Maria Shriver la contrató para resolver sus asuntos con Arnold Schwarzenegger después de que se hiciera público que el exgobernador había tenido un hijo con una criada. Entre sus últimos casos, el divorcio de Melanie Griffith de An- tonio Banderas y el de Megan Fox de Brian Austin Green.
Con una tarifa notablemente cara –800 dólares por hora–, Laura Wasser no ha tenido problema en compartir su sabiduría en un libro titulado No tiene por qué ser así: cómo divorciarse sin destruir a
su familia ni ir a la quiebra. En cambio, ha rechazado varias ofertas para convertirse ella misma en una celebridad, entre ellas protagonizar su propio reality show, porque dice que es feliz con su anonimato, aunque su historia personal ciertamente despertaría mucho interés.
Wasser tuvo dos hijos con padres diferentes con los que nunca quiso casarse, ya que sabe bien que, en California, la mitad de cada dólar que uno gana es del cónyuge, y ella prefiere quedárselo todo, pero aun así ha logrado establecer con ellos una relación familiar que funciona maravillosamente bien por más que cada uno viva en su casa.
Una presencia habitual en las bodas de las estrellas, Wasser admite que nunca lleva tarjetas consigo, pero siempre tiene un consejo para dar a los famosos que están a punto de subir al altar: “Firmar un contrato prenupcial previene muchos problemas”, dice a todo aquel que quiera escucharla.
Entre sus clientes figuran Angelina Jolie, Britney Spears, Demi Moore, Melanie Griffith o Megan Fox