El Ayuntamiento reconoce que ha detenido a menos manteros este verano
La Guardia Urbana ha llevado a cabo menos detenciones e imputaciones de vendedores ambulantes este año que en los últimos cuatro anteriores, a pesar de la expansión sin precedentes que el top manta ha experimentado en los últimos meses.
Este verano se han materializado 108 detenciones e imputacio- nes relacionadas con la venta ambulante ilegal. Esa cifra está por debajo de la media de los cuatro años anteriores que está fijada en 122. Ese descenso de los indicadores también se registra en lo referido a los artículos intervenidos a los manteros: 230.000. Contrastan con los 266.000 de la media de los cuatro años anteriores.
Tal revelación la hizo ayer el propio comisionado de Seguridad del Ayuntamiento, Amadeu Reca- sens, quien dio a los datos una interpretación alejada de la contrariedad. Más bien al revés. Dijo que no le preocupaba esa situación. “Se trata de estadísticas”, comentó. Y, por lo expresado posteriormente entre pasillos, no les concede demasiada importancia. Fue más lejos durante su intervención en la comisión de Presidencia, Derechos de ciudadanía, Participación y Seguridad y Prevención. Vino a decir que, aunque jamás pueda decírseles a los agentes de la Guardia Urbana que no persigan delitos, prefiere el efecto disuasorio que produce entre los vendedores ambulantes la aparición de una patrulla a la incautación masiva de la mercancía que ponen a la venta. Todo ello porque “el problema de la venta ambulante no tiene una solución policial”. Apuntó por elevación y dijo que sí es una cuestión policial palmaria la investigación y control de esos “2.000 contenedores que entran por el puerto de Barcelona y se venden en puntos mayoristas”.
Recasens dio respuesta con su intervención a dos preguntas fusionadas de dos grupos distintos, el de Ciutadans y el del Partido
Popular. Ni aceptaron las cifras a la baja como buenas ni se movieron de sus tesis de que el Ayuntamiento de Barcelona ha hecho gala de pasividad e inacción ante el fenómeno mantero.
Paco Sierra, de Ciutadans, insistió una y otra vez en que la Guardia Urbana no tiene órdenes concretas, ni protocolos claros de actuación. “Lo dicen los sindicatos representativos del cuerpo”, dijo el concejal. Mientras, Recasens insistía en que “las instrucciones son claras y precisas”. Pese a ello, adelantó que tiene redactada una mejora de la actual orden de servicio, que ha bautizado como operación Víctor-Alfa, las iniciales de las palabras venta ambu- lante en código internacional. Se trata de un proyecto que recoge diferentes fases de actuación en la venta ambulante ante escenarios “preventivos, de riesgos leves o de peligro inminente”. La Víctor-Alfa esta en fase de análisis por los sindicatos.
La concejal popular Ángeles Esteller proclamó que los datos estadísticos aportados por Recasens eran la demostración de un fracaso. Y en intervenciones anteriores, Joaquim Forn, del grupo de CiU, le espetó a Recasens que su formación no tiene claro “cuáles son las competencias” del mismo Recasens y de la alcaldesa, Ada Colau, de quien depende el área de Seguridad.