La Vanguardia (1ª edición)

El Ayuntamien­to reconoce que ha detenido a menos manteros este verano

- ENRIQUE FIGUEREDO Barcelona

La Guardia Urbana ha llevado a cabo menos detencione­s e imputacion­es de vendedores ambulantes este año que en los últimos cuatro anteriores, a pesar de la expansión sin precedente­s que el top manta ha experiment­ado en los últimos meses.

Este verano se han materializ­ado 108 detencione­s e imputacio- nes relacionad­as con la venta ambulante ilegal. Esa cifra está por debajo de la media de los cuatro años anteriores que está fijada en 122. Ese descenso de los indicadore­s también se registra en lo referido a los artículos intervenid­os a los manteros: 230.000. Contrastan con los 266.000 de la media de los cuatro años anteriores.

Tal revelación la hizo ayer el propio comisionad­o de Seguridad del Ayuntamien­to, Amadeu Reca- sens, quien dio a los datos una interpreta­ción alejada de la contraried­ad. Más bien al revés. Dijo que no le preocupaba esa situación. “Se trata de estadístic­as”, comentó. Y, por lo expresado posteriorm­ente entre pasillos, no les concede demasiada importanci­a. Fue más lejos durante su intervenci­ón en la comisión de Presidenci­a, Derechos de ciudadanía, Participac­ión y Seguridad y Prevención. Vino a decir que, aunque jamás pueda decírseles a los agentes de la Guardia Urbana que no persigan delitos, prefiere el efecto disuasorio que produce entre los vendedores ambulantes la aparición de una patrulla a la incautació­n masiva de la mercancía que ponen a la venta. Todo ello porque “el problema de la venta ambulante no tiene una solución policial”. Apuntó por elevación y dijo que sí es una cuestión policial palmaria la investigac­ión y control de esos “2.000 contenedor­es que entran por el puerto de Barcelona y se venden en puntos mayoristas”.

Recasens dio respuesta con su intervenci­ón a dos preguntas fusionadas de dos grupos distintos, el de Ciutadans y el del Partido

Popular. Ni aceptaron las cifras a la baja como buenas ni se movieron de sus tesis de que el Ayuntamien­to de Barcelona ha hecho gala de pasividad e inacción ante el fenómeno mantero.

Paco Sierra, de Ciutadans, insistió una y otra vez en que la Guardia Urbana no tiene órdenes concretas, ni protocolos claros de actuación. “Lo dicen los sindicatos representa­tivos del cuerpo”, dijo el concejal. Mientras, Recasens insistía en que “las instruccio­nes son claras y precisas”. Pese a ello, adelantó que tiene redactada una mejora de la actual orden de servicio, que ha bautizado como operación Víctor-Alfa, las iniciales de las palabras venta ambu- lante en código internacio­nal. Se trata de un proyecto que recoge diferentes fases de actuación en la venta ambulante ante escenarios “preventivo­s, de riesgos leves o de peligro inminente”. La Víctor-Alfa esta en fase de análisis por los sindicatos.

La concejal popular Ángeles Esteller proclamó que los datos estadístic­os aportados por Recasens eran la demostraci­ón de un fracaso. Y en intervenci­ones anteriores, Joaquim Forn, del grupo de CiU, le espetó a Recasens que su formación no tiene claro “cuáles son las competenci­as” del mismo Recasens y de la alcaldesa, Ada Colau, de quien depende el área de Seguridad.

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