Un trayecto sin retorno
El cruce de Pedralbes donde el sábado murieron tres jóvenes no es un punto negro, pero el Ayuntamiento estudia desde hace tiempo su reforma
La gente aún acude al cruce de las avenidas de Esplugues y Pedralbes para santiguarse, homenajear, despedirse de los tres jóvenes de 18 años que allí perdieron la vida en un accidente de tráfico la madrugada del pasado sábado. “No se trata de un cruce complicado, tiene buena visibilidad –explica un motorista habitual de la zona que contempla los numerosos ramos depositados en el lugar–... pero la verdad es que uno tiende a llegar a este punto con cierta velocidad, y si como todo el mundo está diciendo por aquí los chicos se encontraron con un autobús de la línea 22, que son de los articulados y se comen un carril, pues lo más posible es que dudara, que de repente no supiera si frenar o coger el otro carril... Mire, aún se ven las huellas de las ruedas, del frenazo, del volantazo...”. El exceso de velocidad podría ser una de las causas del accidente. Ocurrió en torno a las seis de la madrugada. En esos momentos en el coche viajaban seis jóvenes, uno de ellos en el maletero. Hace ya años que el grupo municipal del PP se hizo eco de las quejas de algunos vecinos que pedían que se tomarán medidas para reducir la velocidad.
Estos días, por el barrio, entre los jóvenes de la zona, vía WhatsApp, circula la fotografía del vehículo siniestrado. Sí, el Volkswagen dio un volantazo, quizás trató de pasar al otro carril, y de lado se empotró contra el autobús. El lateral del conductor quedó del todo destrozado. La instantánea que circula entre los jóvenes ilustra la violencia del choque. Los fallecidos eran muy populares por aquí, hijos de familias también muy conocidas, alumnos de reconocidos colegios de la parte alta de la ciudad.
“Terminaban el instituto, uno se iba estudiar a Estados Unidos, venían de una fiesta privada que se había montado aquí cerca para celebrarlo, para celebrar ese momento de la vida en el que los caminos se separan, en el que te haces mayor”, cuenta un joven que se besa dos dedos para con ellos acariciar la farola llena de flores.
“Nacho –añade otro joven–, el que se iba ahora a estudiar a los Estados Unidos era Nacho. Estaba muy ilusionado. Pero...”. “Adiós, Silvia... Silvia, Eric, Nacho... Yo conocía sobre todo a Silvia, todo el mundo conocía a Silvia, porque era una chica su-percarismática, supersimpática, supermaja... Supongo que querría acercar a los demás a sus casas. Las marcas de ropa le pasaban sus lanzamientos para que los llevara puestos; que ella los vistiera era un modo de promocionarlos. Era muy activa en las redes sociales, muchísimo...”. Sil- via tenía, tiene, cerca de 900 amigos en Facebook, y además más de 24.000 seguidores en Instagram. La última fotografía que colgó es ahora un libro de condolencias virtual. “Eric tenía una hermana mayor que él –tercia otro joven que se también detiene junto a la farola– , yo estudié con su hermana. Eric era un chico feliz, encantado de la vida, con muchas ganas de hacer cosas . Vivía un poco más abajo...”. La cuenta de Twitter de la Escola Sant Gregori luce un crespón negro en su recuerdo.
Lo cierto es que durante el anterior mandato municipal ya se planeó que, el año que viene, una vez se despliegue la nueva red de autobuses, se lleve a cabo una actuación en la zona, en la avenida Esplugues, a fin de dar prioridad al paso de los autobuses, dejando únicamente un carril por sentido para los coches y reduciendo de manera sensible el tráfico. Fuentes municipales agregaron que desde el pasado año también se estudia la posibilidad de reformar cruce de la cruz Pedralbes. En todo caso, las fuentes señalan que en los últimos cuatro años se produjeron en este punto seis accidentes. El lugar no figura entre los treinta puntos con mayor siniestralidad de Barcelona.
Las víctimas eran jóvenes muy populares que celebraban el paso del instituto a la universidad