Las denuncias contra falsos taxistas en el aeropuerto se disparan en verano
Los Mossos d’Esquadra han impuesto desde comienzos de año hasta el 31 de agosto un total de 140 denuncias a falsos taxistas que operan desde el aeropuerto de Barcelona sin tener licencia de vehículo de alquiler con conductor ni para efectuar un servicio público en turismo. Los meses de julio y agosto, los de más afluencia de turistas de todo el año, son los que registraron un mayor número de denuncias, en concreto 74.
Los Mossos d’Esquadra informaron ayer del balance de la campaña que se inicio a comienzos de este año para combatir el creciente intrusismo en el sector del taxi, que se manifiesta sobre todo en el aeropuerto de El Prat. En los ocho primeros meses del año, dentro de esta campaña, la policía catalana efectuó un total de 567 inspecciones de vehículos de transporte de viajeros. Una de cada cuatro terminó con denuncia.
La inmensa mayoría de las denuncias acumuladas hasta el 31 de agosto (128) lo son por no disponer de la autorización para vehículos de alquiler con conductor y una docena de multas se impusieron en casos en que no había autorización de servicio público o por realizar el trans- porte fuera del ámbito territorial autorizado. Las 576 inspecciones también arrojan un balance de 18 vehículos inmovilizados por no llevar absolutamente ninguna licencia para poder prestar el servicio legalmente, lo que conlleva una sanción de 4.000 euros.
La multiplicación del número de denuncias en los meses de julio y agosto tiene que ver con el incremento de la actividad turística y de la llegada de pasajeros al aeropuerto de Barcelona, pero también de la constitución, el pasado 17 de junio, de una mesa de trabajo para determinar las condiciones de los controles que se iban a hacer en las dos termina- les de El Prat para detectar y castigar el intrusismo laboral, tanto de particulares como de empresas que compiten deslealmente en el transporte de viajeros por carretera.
La mesa de trabajo está formada por los Mossos d’Esquadra, la Guardia Urbana de Barcelona, representantes de las asociaciones profesionales del sector del taxi, inspectores de la dirección general de Transports i Mobilitat y responsables de la Autoritat del Transport Metropolità (ATM). Ese plan de trabajo se concretó en la realización de una media de dos controles semanales, sobre todo en la terminal 1, y en algunos casos en la 2.