De Mafalda a Olé Olé
En 1977 se vio forzado a exiliarse en España y cambió su etapa de editor por la de productor discográfico
JORGE ÁLVAREZ (1932-2015) Editor y productor musical argentino
La edición española de Rolling Stone definió el año pasado a Jorge Álvarez como “ideólogo del nuevo pop”. El de los ochenta en España, se entiende. Tras su fallecimiento en la capital argentina, Clarín lo tildó de “editor revolucionario”, La Nación como “visionario de la literatura y el rock” y la cantante de Olé Olé, Marta Sánchez, dijo que se había ido su “mentor”, “descubridor” y “maestro”.
Es evidente que Álvarez era un promotor y gestor cultural vocacional, como demuestran los elogios recibidos a ambos lados del Atlántico por personajes tan dispares como la rubia cantante u Horacio González, director de la Biblioteca Nacional de Argentina, donde se instaló su capilla ardiente; o desde mundos tan distintos como la literatura o el rock. González dijo de él que fue un editor “revulsivo e imaginativo”.
Nacido en Buenos Aires, fue pionero de la edición independiente en su país y en 1963 fundó la Editorial Jorge Álvarez, con la que durante los años sesenta publicó la primera obra de Manuel Puig ( La traición de Rita Hayworth, 1968), o algunas de las primeras recopilaciones de cuentos de Ricardo Piglia ( La invasión, 1967) o Rodolfo Walsh ( Los oficios terrestres, 1965).
Paralelamente impulsó la creación de otro sello, Ediciones de la Flor, con cuyos dueños abriría una librería en el centro porteño que se convertiría en lugar de reunión literario. Álvarez también convenció a Quino de publicar con esta editorial las primeras compilaciones de las viñetas de Mafalda. “Cuando me quise dar cuenta, sin tener la menor conciencia, descubrí que era el editor de moda. Curiosamente, porque no publicaba lo que esta- ba de moda, sino que hacía la moda”, declaró Álvarez en una entrevista a La Nación.
La situación económica durante la dictadura del general Juan Carlos Onganía (19661970) no ayudó a la edición independiente y entonces Álvarez cambió de ámbito para dedicarse a la industria musical y fundar en 1968 Mandioca, la primera discográfica independiente de rock argentino. Desde este sello impulsó a grupos míticos de la escena local como Almendra, Sui Generis o Pappo’s Blues, precursores en los años setenta de las bandas que harían explotar el genero nacional en las postrimerías de la última dictadura (19761983).
Sin embargo, Álvarez ya no vivió ese estallido musical en Argentina, sino en España, adonde se vio obligado a exiliarse en 1977 tras ser amenazado por los militares debido a la influencia de su discográfica sobre la contestataria juventud.
En Madrid entró a trabajar en los años ochenta en la CBS y descubrió a Marta Sánchez. En la discográfica, donde también trabajaba el artista argentino, Juan Gatti, diseñador gráfico de los filmes de Almodóvar y que había colaborado con Álvarez en Buenos Aires, supo adaptar la nueva ola al mercado español y además de crear Olé Olé o Mecano, impulsó como productor las carreras de otros artistas del sello como Joaquín Sabina, Javier Krahe, Antonio Flores o Luis Cobos.