Barones del PSOE y el PP cuestionan el cupo vasco
La andaluza Susana Díaz se suma al debate abierto por Valencia Comunidades de los populares y C’s critican los “privilegios”
“Hay autonomías peor financiadas, y así no se construye una España igual”, advierte Díaz Urkullu señala como “línea roja” un cambio unilateral del concierto vasco
“Si vamos a hablar de financiación autonómica, vamos a hablar de todo, sin tabúes”, afirman categóricamente en el gobierno de la Junta de Andalucía. Y aseguran que no cuestionan el concierto económico de Euskadi, pero sí defienden “modular o actualizar” el cupo vasco, esto es, la cantidad que aportan las haciendas forales vascas al Estado por las competencias no transferidas. Es decir, y en definitiva, que Euskadi –y Navarra, que también dispone de su propio régimen foral– aporte más a la “caja común” de España.
La inicial demanda de un pacto fiscal por parte de Artur Mas y el posterior proceso soberanista disparado en Catalunya, junto a la posibilidad de que en la próxima legislatura se abra una reforma de la Constitución y, en último extremo, la obligación de que el Gobierno que salga de las urnas tras el 20-D aborde una revisión del sistema de financiación autonómica, han acabado por reabrir, con gran intensidad, el recurrente debate sobre el cupo vasco y la aportación navarra. Pero con las generales ya a la vuelta de la esquina, lo que ayuda a inyectar muy alta tensión a la cuestión.
La presidenta andaluza, la socialista Susana Díaz, ha enarbolado con fuerza esta bandera. Ayer, aprovechando que volvió a Madrid a presentar una conferencia del alcalde de Sevilla, Juan Espadas, y arropada por Zapatero y José Bono, insistió en la necesidad de “modular” el cupo vasco. “Cuando se defiende la igualdad –subrayó Díaz–, se defiende que un ciudadano en cualquier rincón de España tenga la misma sanidad, la misma educación y los mismos servicios públicos, y es una realidad en estos momentos que no todas las comunidades autónomas están financiadas bien, que hay comunidades que están peor financiadas que otras”.
En el gobierno andaluz reclaman que Euskadi y Navarra aporten más a “la solidaridad”, de la misma manera que rechazan que en la financiación de Catalunya se aplique el principio de ordinalidad, como defiende el PSC, porque lo entienden como “una merma a la solidaridad”.
Pero la revisión del cupo vasco es una demanda transversal, por la que apuestan partidos y también comunidades autónomas de distinto signo político, pero que se sienten igualmente perjudicadas en su financiación. El presidente valenciano, el también socialista Ximo Puig, ha instado igualmente a revisar las contribuciones forales a las cargas del Estado. Además, en los informes que las comunidades del régimen común remitieron al ministro Cristóbal Montoro, dentro de los trabajos previos para reformar el modelo de financiación autonómica, muchos coinciden en considerar un “privilegio financiero” los regíme- nes especiales de Euskadi y Navarra. Así, Asturias, Baleares, Castilla-La Mancha o Extremadura, gobernadas por el PSOE, pero también Castilla y León o Murcia, gobernadas por el PP.
El presidente de Ciudadanos, Albert Rivera, también defendió ayer revisar el concierto vasco y “unificar el sistema de financiación” de las comunidades autónomas. “Europa ya ha advertido que las cuotas vascas y navarras no sirven”, subrayó. Para el líder naranja, no se puede decir no al cupo en Catalunya pero aceptarlo en Euskadi, porque, a su juicio, los privilegios “no se copian, se eliminan”. Pero desde el PP de Catalunya le replicó rápido Xavier García Albiol: “No es necesario dedicarnos a dar patadas a vascos o navarros”, aseguró, para mejorar la financiación de Catalunya.
Este cuestionamiento del cupo vasco y la aportación navarra ha disparado de inmediato la alerta roja en estos territorios. Todo un casus belli. Y aquí, también, la reacción política ha sido transversal. El lehendakari, Iñigo Urkullu, y la presidenta navarra, Uxue Barkos, salieron ayer en tromba en defensa del concierto y el convenio, dispuestos a hacer un férreo “frente común”. “Cualquier modificación unilateral del concierto económico es una línea roja que no podemos permitir y que no vamos a aceptar que se traspase”, advirtió Urkullu.
Para el lehendakari, se trata de un “ataque deliberado”, de una “campaña institucional y política” contra un sistema que definió como “histórico, legal, solidario, eficaz y pactado y que sólo redunda en beneficio de la ciudadanía como consecuencia del poder originario de los territorios forales vascos”.
Y no sólo el PNV o Geroa Bai, sino que el PP vasco de Arantza Quiroga, las líderes socialistas en Euskadi y Navarra, Idoia Mendia y María Chivite, o UPN, pusieron pie en pared. La andaluza Díaz, eso sí, aprovechó para replicar a las críticas de la popular Quiroga: “Me llama la atención que los que están pidiendo solidaridad en Catalunya ahora resulta que la niegan en Euskadi. Así no se construye una España igual para todos, con los mismos derechos para todos los ciudadanos”.