Arrastre siniestro
Después de llegar herido a la estación de las fuerzas especiales, Haci Lokman Birlik, un kurdo de 24 años, fue acribillado a balazos y su cadáver fue arrastrado –agarrado por el cuello con una soga a la parte trasera de un vehículo blindado– por las calles de Sirnak, sudeste de Turquía para aterrorizar a la población, y en especial a los simpatizantes de los militantes kurdos.
Las imágenes de la salvajada han causado conmoción en Turquía y el Ministerio del Interior se ha visto forzado a abrir una investigación. El hecho tuvo lugar la semana pasa- da, pero ayer el escándalo fue a más al darse a conocer un vídeo que muestra a unos 30 miembros de las fuerzas especiales haciéndose unas fotos junto al muerto a modo de trofeo. Birlik, que recibió 28 impactos de bala, falleció después de un enfrentamiento entre las fuerzas de seguridad turcas y miembros del YDG-H (Movimiento de la Juventud Patriótica y Revolucionaria), las juventudes de la organización armada Partido de los Trabajadores del Kurdistán, el PKK, considerado terrorista por Ankara, Bruselas y Washington.
La polémica acerca del caso Birlik empezó el pasado sábado con la imagen en una cuenta de Twitter que mostraba al joven siendo arrastrado. El titular de la cuenta se bautizaba como “Jitem”, una palabra temida especialmente en el sudeste de Turquía puesto que se trata del acrónimo en turco de la llamada Organización de Inteligencia y Con- traterrorismo de la Gendarmería, un grupo ilegal al que se le atribuye el asesinato selectivo de unos cinco mil kurdos en los noventa, los años de plomo en Turquía. El diario prokurdo Özgür Gündem recordó el lunes (también con fotografías) que en 1992 ocurrió algo muy semejante y en la misma provincia. El titular: “La Humanidad aún es arrastrada”.
Al poco de difundirse la foto del Jitem, el colíder del partido prokurdo y de izquierdas de los Pueblos Democráticos, (HDP, 80 diputados en el Hemiciclo turco), Selahattin Demirtas, compartió la imagen en su propia cuenta de Twitter con un mensaje que reza “Mira bien esta fotografía. Fue tomada ayer en Sirnak. Que nadie la olvide, porque nosotros no la olvidaremos”. Pronto, los llamados “AK-trolls”—acosadores en las redes sociales contra críticos del Gobierno del partido de la Justicia y Desarrollo (AKP)—comienzan a diseminar rumores de que todo era un fotomontaje. Pero con lo que no contaban es que los mismos torturadores habían grabado en vídeo desde dentro de la tanqueta la escena del cadáver tirado por el suelo, mientras lanzan insultos vejatorios.