Los sultanes de Malasia piden una investigación sobre el primer ministro
Los sultanes de Malasia se han rebelado. En una intervención muy poco frecuente en la política de este país, los nueve sultanes de los estados malasios han pedido una investigación rápida y transparente del escándalo de corrupción que gira en torno al primer ministro, Najib Razak.
La declaración de los príncipes de los sultanatos hereditarios de Malasia, cuyo papel es en gran parte ceremonial, constituye su intervención más directa en política en la historia reciente de este país del Sudeste Asiático. Un gesto que se interpreta como un ultimátum a Najib para que aclare los supuestos desvíos de fondos públicos de una empresa estatal de inversiones a sus cuentas bancarias por valor de unos 630 millones de euros.
“Los resultados de las investigaciones deben ser explicados ampliamente y de forma transparente para que la gente quede convencida de la sinceridad del Gobierno a la hora de explicar los hechos”, señala la nota que publicaron el martes antes de iniciar la conferencia anual de gobernantes, según Bernama, la agencia de noticias malasia.
En su nota, estos príncipes consideran que el hecho de que Najib no haya dado explicaciones convincentes y en agosto reemplazara al fiscal general “han da- do lugar a una crisis de confianza”. Situación que consideran como “una de las causas de la caída del valor del ringgit malasio”, que se ha situado en su nivel mas bajo en más de una década.
Los analistas locales otorgaban ayer un alto valor simbólico a esta declaración. La consideraban como una clara señal de pérdida de confianza hacia el premier Najib Razak y una muestra de apoyo hacia los investigadores de este escándalo, revelado a principios del verano pasado.
Y es que en el peculiar sistema político de Malasia los sultanes desempeñan un papel clave. Su Constitución establece que los príncipes de los nueve sultanatos hereditarios del país asumirán de forma rotatoria, cada cinco años el trono, lo que les convierte en monarcas de Malasia.
No tienen poderes formales, pero estos herederos de familias reales centenarias son sumamente respetados por la población. Sus responsabilidades son de tipo protocolario y de representación y rara vez se inmiscuyen en temas políticos. De ahí la importancia de su declaración conjunta .
También ejercen como jefes de las fuerzas armadas y nombran a los ministros, jueces y a los principales clérigos islámicos. Entre la población musulmana, que es mayoritaria en Malasia, el rey es considerado como el defensor supremo de la tradición malaya y la cabeza visible del islam.