Un viaje que no acaba
La plataforma de víctimas del accidente del Alvia sale a la calle para acusar al juez de haber imputado sólo al maquinista sin leer ni siquiera el sumario
Los familiares de las víctimas del accidente ferroviario de Angrois se resisten con uñas y dientes a la decisión del juez de limitar la imputación al maquinista, una decisión que consideran premeditada y tomada con la connivencia de la Xunta.
Familiares y amigos de las víctimas del accidente del tren Alvia lloraron y gritaron ayer a la puerta de los juzgados de Santiago de Compostela al rememorar el siniestro en el que murieron 80 personas el 24 de julio de 2013. El llanto surgió al expresar su indignación por el cierre de la instrucción con el maquinista como único imputado, después de que fracasasen los intentos del anterior juez instructor, Luis Aláez, de encausar también a la cúpula del Administrador de Infraestructuras Ferroviarias, Adif.
Los manifestantes atacaban en sus pancartas a los cinco políticos que centran sus iras por la gestión de la catástrofe de Angrois y de sus consecuencias. Se trata del presidente del Gobierno, Mariano Rajoy; la ministra de Fomento, Ana Pastor; el ministro de Justicia y antiguo secretario de Estado de Infraestructuras, Rafael Catalá; el exministro de Fomento José Blanco y el presidente de la Xunta, Alberto Núñez Feijóo. Ahora hay un nuevo blanco de las críticas de las víctimas, el juez Andrés Lago Louro, que se hizo cargo del caso en abril de 2014, al sustituir a Aláez, que cambió de juzgado.
“Estoy convencido de que el juez no se ha leído el sumario”, afirma Jesús Domínguez, uno de los portavoces de la Plataforma de Víctimas Alvia 04155. “Yo le reto a hablar sin papeles, a ver quién se ha leído la instrucción y quién no”, añade Domínguez, que sostiene que tras hacerse cargo de la instrucción Lago Louro se limitó a esperar por los informes periciales, para cerrar el caso basándose en los dictámenes de los dos peritos nombrados por la Xunta. Según dijo, este magistrado desatendió las tesis del tercer perito independiente y se amparó en la doctrina de la Audiencia Provincial de A Coruña, que en dos ocasiones tumbó los intentos del anterior instructor de imputar a altos cargos de Fomento.
En opinión de Jesús Domínguez no es casual que el cierre de la instrucción se haya producido durante las sesiones del juicio por el crimen de Asunta. “Ha aprovechado eso pero le ha salido mal la jugada”, opinó en referencia que las víctimas acudieron ayer a manifestarse ante el juzgado, donde hay todos los días un gran despliegue de cámaras de televisión por la cobertura del proceso contra los padres de la niña.
“Esto es una injusticia total”, decía ayer entre llantos una señora, María Fernández, que perdió a su hija de 30 años. Le acompañaba una amiga de su hija que contaba, también entre lágrimas, que “éramos una pandilla de siete que nos juntábamos siempre. Ahora cada vez que nos vemos, nos falta ella. Es muy duro y estos días, más. Nos robaron su vida y ahora nos roban las nuestras al no hacer justicia”.
Los afectados por el siniestro aprovecharon la cobertura del caso Asunta para hacer oír su protesta