Francia alerta contra incidentes entre aviones rusos y de la OTAN
Al informar de la última operación de bombardeo de dos aviones Rafale en la región de Raqa, en el norte de Siria, la segunda desde el 27 de septiembre, el ministro de Defensa francés, Jean-Yves Le Drian, criticó ayer de nuevo las operaciones militares rusas en aquel país, por no centrarse en objetivos del Estado Islámico (EI).
Francia ataca a centros de esa organización en los que se preparan atentados contra ella, explicó sin presentar evidencia alguna; sin embargo los rusos “en el 80% o 90% de los casos no tienen por objetivo al EI, sino preservar la seguridad de Bashar el Asad”, dijo.
Por razones militar y políticamente claras –despejar las amenazas a la franja costera dominada por Asad– Rusia no distingue operativamente entre el EI, las franquicias de Al Qaeda y otros grupos fundamentalistas apoyados por las potencias occidentales y sus amigos del Golfo, cuyos regímenes son muy parecidos a lo que pregona el Estado Islámico. Estados Unidos y Francia insisten en proteger a grupos de la oposición a Asad que califican como “moderados”, entre el general escepticismo de los conocedores del panorama sirio.
“Prácticamente todos los gru- pos rebeldes que militarmente cuentan algo en Siria son duros fundamentalistas, dudo mucho que haya moderados genuinos en el teatro”, dice Juan Cole, de la Universidad de Michigan.
El ministro francés mencionó la violación del espacio aéreo turco por un avión ruso, episodio que Moscú presentó como accidental y aceptado como tal por Turquía pero que ha dado pie a furibundas reacciones de la OTAN, como ejemplo de otro problema mucho más serio y real: el riesgo de incidentes entre aviones rusos y aparatos de potencias de la OTAN.
“Hay que evitar cualquier incidente que pueda provocar espirales, voluntarias o involuntarias, cada actor debe hacer prueba de gran responsabilidad”, dijo Le Drian.
La magnificación del incidente con el avión ruso ignora la sistemática violación del espacio aéreo sirio por aviones turcos, por lo menos desde el 2012, cuando uno de ellos fue derribado. A diferencia de los rusos, presentes en el lugar a petición del Gobierno sirio, tampoco la presencia de aviones militares franceses y de Estados Unidos es conforme al derecho internacional. Pero al margen de eso, la advertencia es apropiada: en el clima de guerra fría que Ucrania evidenció y Siria exacerba, cualquier roce militar sería, sin duda, muy peligroso.