Original, no una copia
La Despensa de Laforja ofrece una cocina con personalidad
Semon ha sido para Barcelona un restaurante emblemático, punto de reunión de lo más selecto de la burguesía catalana y una tienda llena de exquisiteces que te solucionaba cualquier barrido o fregado que se te presentara. Si inesperadamente unos amigos o familiares te anunciaban una visita y la nevera no estaba suficientemente abastecida, los platos preparados de Semon eran siempre una gran alternativa. Posteriormente, se han abierto otros establecimientos interesantes, pero Semon fue pionero. Su calidad destacaba y su salmón era emblemático.
Semon era también una simbiosis entre sus productos, su emblemática propietaria, “la Maria de Semon”, y sus colaboradores. Dos de ellos, los hermanos Robles, fueron una institución. Paulino estuvo allí 45 años y Pedro entró a trabajar en 1977 el día que cumplía 15 años.
En 1999, después de 22 años, Pedro decide independizarse y abre La Despensa de Laforja que al igual que Semon, pero más modestamente, ofrecía catering, tienda y restaurante.
Debido a su profesionalidad y buen trato, el establecimiento funcionó desde el primer momento. En el 2011 Paulino deja Semon y se incorpora a La Despensa de Laforja.
Su servicio de restaurante sólo abre al mediodía y ofrece cuatro alternativas: menú del día a 19€, menú degustación a 30€ (ambos con IVA y sin bebidas), sugerencias de temporada y carta.
De su carta destacaríamos la pasta fresca con langostinos, boletus y vinagreta de piñones, el ragout de cangrejo real con arroz y los rossinyols con huevos de codorniz. Todos estos platos los ejecuta brillantemente José Sansano. Su carta de vinos tiene suficientes referencias para hacer una buena elección.
El local no es amplio, pero es muy acogedor y aún lo hace más agradable la cordialidad de los dos hermanos Robles, que ejercen de brillantes jefes de sala.
A partir de ya, ambos volverán a sus orígenes. A “su Semon”. Les deseamos muchísimo éxito. Seguro que lo tendrán.