CABALLERÍA E INFANTERÍA
En 1779 los británicos intentaron vencer la resistencia americana en el sur, sobre todo en Charleston y Savannah, donde hubo, para resumir, un ahora tú ahora yo de asedios y batallas rebosantes de héroes. Pulaski había pasado los primeros dos años en el norte, protestando porque la caballería americana era una broma de mal gusto. Le enviaron al sur y, como le tenían por un temerario, le usaban de avanzadilla para agujerear los batallones británicos. Farragut ya estaba allí, servía como lugarteniente de la marina de Carolina del Sur, pero le sacaron del mar y lo incorporaron al cuerpo infantería.
Los dos lucharon en el asedio de Savannah de 1779. Quizás no se conocieron porque el grueso del asedio se produjo entre el 16 y el 18 de octubre, justo una semana después de que la caballería francoamericana, comandada por Pulaski, intentara asaltar las defensas británicas, sin éxito. Un fragmento de metralla le hirió y pocos días después moría. Mientras se moría, Farragut luchaba y también fracasaba. Los británicos se quedaron en Savannah hasta 1882. Pero sobrevivió y su hijo, David Farragut, acabó siendo una de las grandes figuras del ejército norteamericano durante la Guerra Civil. Tiene estatuas, plazas y paradas de metro a su nombre, igual que Pulaski.
El domingo pasado, como cada año, se celebra el día de Pulaski y los polacos de Nueva York desfilan por la Quinta Avenida.