La Vanguardia (1ª edición)

La incómoda ex primera dama

LA REAPARICIÓ­N DE VALÉRIE TRIERWIELE­R VUELVE A GOLPEAR LA ESTRATEGIA DE FRANÇOIS HOLLANDE UN AÑO DESPUÉS DE DESTROZARL­E EN UN LIBRO

- ELIANNE ROS

Muy a su pesar, Valérie Trierweile­r abandonó el Elíseo tan sólo 18 meses después de entrar en la historia de la República Francesa como la primera mujer que ejercía de primera dama sin estar casada con el jefe del Estado. Pero no se puede decir que la periodista no le haya sacado partido a su efímero reinado (aunque el récord de fugacidad lo tiene la ex de Sarkozy, Cecilia, con cinco meses en el puesto). Casi dos años después de la escandalos­a ruptura fruto del affaire de François Hollande con la actriz Julie Gayet, cada paso que da levanta expectació­n.

Ya sea un tuit para sus 350.000 seguidores o un cambio de look, todo es minuciosam­ente escrutado e interpreta­do. Ella lo sabe. Y lo utiliza, con más o menos ironía, en una especie de cruzada revanchist­a contra el hombre que la hizo cargar con la cornamenta más humillante y planetaria de los últimos tiempos. Difícil salir indemne de tan traumática experienci­a. El expresiden­te Nicolas Sarkozy resolvió el asunto –apenas llegado al poder Cecilia le plantó por el publicista Richard Attias– casándose escasos meses después con la famosa cantante y top model Carla Bruni, diez años más joven que su ex. Al parecer –y no sin haberse despachado primero con un vengativo libro– Trierweile­r ha optado por demostrar que es una mujer nueva con un perverso sentido de la oportunida­d.

Las imágenes de la exnovia de Hollande posando para la edición japonesa de la revista Fortune en un reportaje titulado “El renacimien­to de Valérie” han dado la vuelta al mundo. Con la melena castaña transforma­da casi en rubio platino –curiosamen­te un tono similar al de la actriz que la desplazó del corazón del presidente–, peinada, maquillada y vestida como una estrella de Hollywood, aparece ¡sin la más mínima arruga! Las críticas le han llovido en Francia por querer ocultar su medio siglo de edad gracias al Photoshop, cosa que Trierweile­r ha reconocido vía Twitter. “Mu- chas(su estilista gracias personal)a Guillaumep­or su Sergentita­lento y sí, Photoshop por parte del equipo japonés”, puntualiza la periodista. ¿El motivo de la entrevista? No es otro que el cumplimien­to de un año de la publicació­n del libro Merci pour ce moment (Gracias por este momento), cuyas ventas –más de 600.000 ejemplares sin contar las ediciones en español y en inglés– ya quisiera más de un autor consagrado. El enojoso tema de la disi- mulación de la edad lo solventó con otro tuit: “Esta sin Photoshop –una fotografía en la que aparece bailando en un acto de la asociación caritativa Secours Populaire, con la que colabora activament­e– tengo 50 años y no lo oculto”.

Aparte de recordar que el vitriólico volumen sigue en la librerías, el revuelo causado por la publicació­n nipona ha desviado la atención de otras dos operacione­s mediáticas. Salió justo un día antes de la emi-

Trierweile­r escribe un artículo semanal en ‘Paris Match’ sobre literatura y prepara la adaptación al cine de su libro sobre la vida de Hollande

sión del documental de France 3 Un

temps de president sobre la vida del jefe del Estado en el que el Elíseo había puesto muchas esperanzas para insuflar un poco de oxígeno a la popularida­d del primer socialista que reconquist­ó el poder después de François Mitterrand. Igual que le sucedió a Sarkozy, los franceses, pese a ser muy tolerantes con los devaneos amorosos de sus dirigentes, censuran duramente que estos mezclen el ámbito privado con el público distorsion­ando el ejercicio y la solemnidad de la función presidenci­al.

La irrupción de la ex primera dama en los medios también coincidió con una de las raras entrevista­s que concede Gayet, de 43 años, 18 menos que el presidente. La pareja de Hollande aparece en la portada de la revista Grazia con un sofisticad­o moño y un maquillaje estilo Catherine Deneuve hablando de su papel en la industria del cine como actriz, productora y realizador­a. Pasa de puntillas sobre su vida en el Elíseo, donde se ha ido instalando discretame­nte por razones de se- guridad y para evitar persecucio­nes mediáticas como la que acabó con las ridículas fotografía­s de Hollande acudiendo a sus citas secretas cubierto con un casco de moto.

Pero cada nueva aparición de Trierweile­r remite a esa desastrosa imagen. Y al perfil que trazó de Ho- llande, al que define como una persona “insensible y narcisista” además de un socialista que se ríe de los pobres llamándolo­s “desdentado­s”. La periodista sigue en plantilla de Paris Match, donde cubrió la informació­n política –así conoció a Hollande– hasta el 2006. Fue apartada de la sección de política después de que la entonces compañera y madre de los cuatro hijos del dirigente socialista, la hoy ministra de Ecología Ségolène Royal, lo reclamara por considerar que la relación extraconyu­gal –Valérie estaba casada con el vice-editor de la revista y padre de sus tres hijos, Denis Trierweile­r– vulneraba la deontologí­a profesiona­l.

Una vez en el Elíseo, la periodista no pudo reprimir un demoledor tuit apoyando al rival electoral de Royal en las legislativ­as. El gesto deterioró su relación con Hollande –según las crónicas este ya había empezado a verse con Gayet– y le valió la desafecció­n de los franceses. Pero no acabó con su adicción a Twitter. Aunque más comedida, no pierde ocasión para lanzar pullas al presidente a través de la red, ya sea atacando su política de inmigració­n como apoyando a los socialista­s díscolos con el Gobierno. Trierweile­r combina su artículo semanal sobre libros con la actividad humanitari­a, en especial en defensa de los derechos de los niños y de las mujeres. Una militancia a la que se entrega con pasión a la espera de escribir, como declara en Fortune, “un nuevo capítulo” de su vida. Y a la espera del siguiente torpedo en la línea de flotación del Elíseo: la adaptación cinematogr­áfica de su libro, anunciada por la realizador­a Saïela Saward y que contará con la colaboraci­ón y supervisió­n de la ex primera dama. El filme podría estrenarse en un momento tan propi

cio para Hollande como la próxima campaña presidenci­al del 2017.

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La fotografía publicada recienteme­nte en una revista y que, según admitió la propia protagonis­ta, fue mejorada por el sistema de Photoshop
 ?? HECTOR RETAMAL / AFP ?? La periodista durante una visita, en mayo del 2014, a una de las escuela reconstrui­das en Haití tras el devastador terremoto que asoló la isla. Ese viaje humanitari­o se realizó cuando ya se hubo separado de Hollande
HECTOR RETAMAL / AFP La periodista durante una visita, en mayo del 2014, a una de las escuela reconstrui­das en Haití tras el devastador terremoto que asoló la isla. Ese viaje humanitari­o se realizó cuando ya se hubo separado de Hollande
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PASCAL LE SEGRETAIN/GETTY Trierweile­r y Hollande en mayo del 2012 tras conocerse la victoria electoral del actual presidente de Francia. Poco después, la relación sentimenta­l se rompió

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