El PP se lame la herida municipal con ataques a los alcaldes “radicales”
Los populares dibujan un panorama de desgobierno en los nuevos ayuntamientos
Ataques a símbolos nacionales, desahucios, mala gestión y desprestigio institucional, déficit democrático, odio y sectarismo, enchufismo. En esos apartados resume el PP los primeros 100 días de gestión de los nuevos ayuntamientos surgidos de las elecciones de mayo, que tilda de “radicales”: Madrid, Barcelona, Valencia, Zaragoza, A Coruña, Cádiz, Badalona, Pamplona y Santiago. El documento enumera en 16 páginas los hechos que en todos estos ayuntamientos gobernados por Podemos, Mareas, Ahora Madrid, Barcelona en Comú, Sí se puede y EHBildu son merecedores, a su juicio, de rechazo, en especial los ataques a los símbolos. El PP hace su particular denuncia de la retirada del nombre “Príncipe Felipe” del pabellón municipal de Zaragoza, y la del busto del rey Juan Carlos del salón de plenos del Ayuntamiento de Barcelona; permitir la colocación de una estelada y tratar de impedir que se coloque la bandera de España en la celebración de la Mercè, o el apoyo a que cambien de nombre las calles referidas a los Borbones. No se olvida el informe de Badalona y la investidura de la alcaldesa con banderas independentistas y de acercamiento de presos en la plaza, o la retirada del retrato del actual Rey, del salón de plenos, sin consultar. Destacan también la ausencia del alcalde de Santiago en la ofrenda religiosa del 25 de julio, la colocación de la Ikurriña en el Ayuntamiento de Pamplona o la eliminación en Valencia de la bandera de España de la batalla de flores. No figura en este apartado ningún reproche al Ayuntamiento de Madrid, pero sí en el dedicado a desahucios, porque tras hacer bandera de su paralización, “reconoce que prometerlo en esos términos fue un error” puesto que no se pueden parar las resoluciones judiciales. Critica de Colau que multe a los bancos por tener pisos vacíos cuando la mayoría son municipales. En el capítulo “Mala gestión” critica una reducción de guardia urbana en Barcelona, la permisividad con los manteros, la rebaja de las multas por incivismo, la suspensión de licencias para nuevos hoteles, o en el caso de Madrid que la alcaldesa, que presumió de ir en bicicleta “normalmente use coche” oficial, amiento”, o la parálisis de las operaciones Chamartín o Campamento. El PP ve déficit democrático en todos ellos, por ejemplo Cádiz, donde no se sabe el sueldo del alcalde y concejales, o en Barcelona, por proponer
Los populares acusan a los gobiernos de Barcelona o Madrid de “odio y sectarismo” y “mala gestión”
la unión de tranvías por la Diagonal, rechazada por votación ciudadana o la renuncia unilateral a los Juegos Olímpicos de invierno. En el capítulo de “Odio y sectarismo”: sueldo y enchufismo, donde se habla que de la convocatoria, en Cádiz, de 4 plazas de asesores, a ala que se presentaron 400 solicitudes, se seleccionó a 4 miembros de Podemos. En Barcelona recuerdan que Colau contrató a dedo a la pareja de su número dos, que fichó a su pareja como asesor, los nombramientos en Madrid, o la paralización de corridas de toros ya contratadas en A Coruña.