Rajoy atribuye la rebaja del rating catalán al proceso de independencia
El presidente culpa a los partidarios del sí de provocar incertidumbre
Estabilidad y sensatez frente a incertidumbre, “romper la baraja” y crear inestabilidad. Es lo que, según Mariano Rajoy, hace el Gobierno de España frente a lo que genera el Ejecutivo de Catalunya con Artur Mas al frente, pero también lo que ofrece el PP frente a lo que puede ocurrir si llega al Gobierno central el “radicalismo” del PSOE, apoyado por Podemos, o la incertidumbre que puede trasladar un partido como Ciudadanos.
El presidente del Gobierno central no tenía previsto este fin de semana ningún acto político, pero a última hora decidió acudir a uno con jóvenes, coloquio incluido, en la localidad toledana de Mora, un pueblo de algo más de 10.000 personas. Allí aprovechó el anuncio del viernes de la agencia de calificación S&P, que bajó el rating de la deuda de Catalunya, la misma que hacía unos días había subido la de España, para sacar conclusiones. “España genera mucha más confianza y Catalunya mucha menos”. Lo explicó hasta con “moraleja”: “La certidumbre política, la estabilidad, la sensatez, el sentido común y la apuesta por la seguridad, al final siempre son rentables porque repercuten en la forma de vida y en la economía de la gente”.
Por el contrario, les dijo al centenar de jóvenes congregados y un buen grupo de personas ma- yores que no se quisieron perder el acontecimiento de tener en su pueblo al presidente del Gobierno, “generar problemas donde no los hay, romper la baraja, generar certidumbre y dar un mensaje de inestabilidad, produce los efectos contrarios”.
Y con este aval, Rajoy entró en campaña electoral para explicar por qué los españoles deben votar al PP, porque el PP es el único partido que apuesta “por la seguridad, la estabilidad y la certidumbre”.
A Rajoy le vale el ejemplo de Catalunya, pero tiene más frentes, y por eso alertó también no sólo sobre Artur Mas, sino también sobre lo que puede ocurrir si no gana el PP las elecciones generales y lo hacen los socialistas. A su juicio, la misma inestabilidad, aunque por diferentes razones: con uno la inestabilidad institucional, con otros la económica. “La gente necesita saber que no va a haber cambios radicales y que no se puede jugar con la vida de la gente”, subrayó. Por el contrario, en España, “si las cosas se mantienen, se llegará a un alto crecimiento económico y a conseguir que trabajen 20 millones de españoles”, cuatro más que ahora. Y es que lo peor, según el mensaje de Rajoy para ganar las elecciones del 20-D, “es dar marcha atrás o meterse en aventuras que no sabes donde te conducen”.
Ciudadanos también obtuvo su ración de críticas, pero veladas en este caso, y sin citarles ni una sola vez por su nombre. Habló de los nuevos partidos “que aparecen por todas partes”. A él se refirió claramente cuando contrapuso lo que es y representa el PP frente a lo que no es el partido de Albert Rivera.
“El PP no es un invento de una tertulia de televisión”. Todo lo contrario, “nació con la democracia, desde la base”, y ahí está, considera el presidente del Gobierno, la fortaleza de su partido: “El Partido Popular es un partido solvente que no se ha creado hace unos días, que tiene representantes que defienden nuestras posiciones en toda España. Este partido tiene militantes, está homolo-
“El PP no es producto de una tertulia ni de una gran campaña. El PP es una cosa seria”
gado en la Unión Europea, pertenece al PPE, sabe gobernar, tiene una historia, y quien vota al PP sabe qué vota y a quien vota”. El PP, en definitiva, para Rajoy, “es una cosa solvente” y “está en constante renovación”.
Pero Rajoy sabe que con hablar de economía y estabilidad política no basta, que de lo que ha pecado es de falta de contacto con la gente. Y por eso tras el acto, como ya es habitual últimamente, se dio un paseo que acabó en un bar, donde compartió unas cañas con pincho de tortilla incluido y se dejó fotografiar, hasta detrás de la barra, con los camareros y el dueño del bar. Una foto para el recuerdo.