Hagan fuego
La proliferación de tiroteos mortales y su vinculación con la libre venta de armamento es un asunto que alarma más a los europeos que a los propios estadounidenses. Incluso Barack Obama parece resignado al fracaso de sus iniciativas de control de armas, hasta el punto de que, en su reciente visita a Roseburg, Oregón (diez muertos en un campus), sustituyó sus habituales proclamas anti rifle por frases de consuelo a las víctimas.
Sorprende saber que la sociedad americana está hoy dividida al 50% sobre este asunto, cuando hace 25 años los partidarios del control de armas eran el 65% frente al 28% de los defensores del derecho de las familias a disparar con bala. Un estudio de opinión del prestigioso Roper Center constata que después de los tiroteos de Columbine, Virginia Tech, Fort Hood o Aurora se produjeron ligeras oscilaciones a favor de restringir las ventas de rifles y pistolas, insuficientes, en cualquier caso, para alterar la tendencia general.
Da la sensación de que los partidarios de las armas han ganado la batalla de la información, a veces gracias al uso de argumentos perversos. Una web de defensores del rifle consultada ayer para escribir este artículo incluía citas fuera de contexto de Mussolini, Mao o Hitler (“el mayor error que podemos cometer es permitir que las razas sometidas posean armamento...”) en la categoría de “famosos que han pronunciado frases contra las armas”, mientras un anuncio persistente invitaba al lector a hacer clic y concursar para ganar un rifle de asalto M&P 15 “utilizado por la OTAN”.
Pues bien, en curiosa sintonía con el argumento de Adolf Hitler, el político republicano Ben Carson, aspirante a la Casa Blanca, acaba de afirmar que los judíos no hubieran sufrido el Holocausto de haber podido armarse con la misma facilidad (no lo dijo, pero se le entendió) con la que cualquier familia americana puede comprar hoy un auténtico arsenal de guerra. En legítima defensa.