Presidenta en cadena
Radios y televisiones argentinas, obligadas a transmitir los actos de campaña de Fernández
Los discursos de Navidad del Rey o del president de la Generalitat por la Diada o Fin de Año son los escasos ejemplos en que radios y televisiones públicas transmiten simultáneamente mensajes institucionales en España. En Argentina esta práctica se conoce como cadena nacional y obliga también a los medios privados. A pesar de que, como en todos los países democráticos, este mecanismo de comunicación está reservado a hechos graves o excepcionales, la presidenta argentina, Cristina Fernández, ha abusado de él durante sus dos mandatos.
La mandataria ha intensificado el uso de la cadena nacional en este año electoral, ante la desesperación de la oposición y de las televisiones privadas, cuyos directivos interrumpen su programación tras ser avisados a veces pocas horas antes.
Fernández lleva 44 cadenas en lo que va de año, tres en esta semana. La última fue el viernes y el motivo de “trascendencia nacional” –como indica la ley de Medios aprobada durante el kirchnerismo– fue la inauguración de una piscina municipal y un centro de medicina nuclear en Río Gallegos, la ciudad patagónica de la provincia de Santa Cruz, donde la presidenta tiene su residencia particular.
La cadena nacional, como casi todas las de este año, no fue otra cosa que un acto más de la campaña electoral para las elecciones generales del 25 de octubre, donde se elegirá al sucesor de Fernández. En esta ocasión, la mandataria no estaba acompañada por su delfín y líder en las encuestas, Daniel Scioli, pero sí aparecieron en pantalla el candidato a vicepresidente oficialista, Carlos Zannini; su cuñada, Alicia Kirchner, que se postula a gobernadora de Santa Cruz, y su hijo Máximo, aspirante a diputado.
En sus ocho años de mandato, Fernández apenas ha concedido entrevistas o ruedas de prensa y la justificación oficial para tanta cadena nacional es que, puesto que la mayoría de medios de comunicación son opositores, los logros y obras trascendentes del Gobierno nacional pasarían inadvertidos pa- ra la población. Ese es el argumento de la propia presidenta, a pesar de que en los últimos doce años han construido una potente red de medios afines al Gobierno.
No obstante, Fernández no utilizó la cadena nacional ante hechos graves, que sí causaron consternación social, como el trágico accidente de tren en Buenos Aires que costó la vida a 51 personas en el 2012. Como en otras situaciones negativas –entonces se apuntaba al mal estado de mantenimiento de los trenes como causa de la tragedia–, se limi- tó a emitir un comunicado y tardó cinco días en aparecer en público. Durante el discurso de inauguración de la piscina no faltó la habitual mención a su fallecido marido, el presidente Néstor Kirchner. “Néstor no sabía nadar”, dijo. “La verdad es que él decía que sabía nadar, pero no sabía nadar, apenas chapoteaba con estilo perro”, continuó antes de explicar la justificación social de la obra: “No había piletas de natación y las únicas dos piletas que hay en Río Gallegos son privadas y tenés que pagar para poder ir”.
La mandataria usó el viernes su tercera cadena nacional de la semana para inaugurar una piscina