Crisis interna en Podem después del batacazo de Sí que es Pot el 27-S
Ubasart dimite como secretaria general y añade un problema al plan de Iglesias
Aspiraban a “asaltar el cielo” de la Generalitat al grito de “sí se puede”, como hizo Ada Colau en el Ayuntamiento de Barcelona, o al menos a convertirse en la segunda fuerza política y en el referente de la izquierda catalana, tal como indicaban la mayoría de sondeos que se habían publicado antes del verano. Pero las elecciones del 27-S encararon a Podem con una realidad mucho menos idílica y dulce de la esperada, que ha sumido a la formación en una profunda crisis interna, con la dimisión presentada ayer por su secretaria general, Gemma Ubasart. Nuevo contratiempo para Pablo Iglesias de cara al 20-D.
El batacazo de Podem en las urnas (cuarta fuerza con 11 diputados y 366.000 votos), con una alianza con Iniciativa, EUiA y Equo que confluyó en la candidatura Catalunya Sí que es Pot, se cobró ayer la primera víctima política. Ubasart presentó su dimisión como secretaria general, apenas ocho meses después de asumir el cargo, cuando Iglesias le confió la construcción del partido morado en Catalunya.
La politóloga, que forma parte del núcleo duro de la dirección estatal de Podemos, donde ocupa el cargo de secretaria de Plurinacionalidad, avanzó en el digital Crític su decisión de dejar la política activa y volver a la docencia. “Entiendo que se ha acabado una etapa y llega el momento del recambio. Para encarar el ciclo electoral de este año, que empezó con las campaña de las elecciones del 27-S, la organización ya cuenta con dirigentes que pueden hacerse cargo del reto, así como con representantes electos que es bueno que vayan tomando protagonismo”, declaró Ubasart a dicha publicación.
Pero detrás de esta cuidada declaración se esconden las discrepancias personales y políticas que en los últimos meses la han ido distanciado a ella y a parte de la dirección de Podem de Iglesias y su núcleo duro.
Desacuerdos tanto por cómo evolucionó el proceso de confluencia, en el que los podemitas fueron cediendo protagonismo y mando a ICV, como por la configuración de la lista electoral de Catalunya Sí que es Pot, en la que –entienden en Podem– no se abrió a personas independientes y de las entidades sociales, además de no respetarse el orden por género que establece el propio código ético de Podemos.
La lista de desacuerdos no acaba ahí. Ubasart y un sector de Podem acusa a Iglesias de excesivo intervencionismo y de haber querido tener un protagonismo durante la campaña de las catalanas que, a la postre, lo único que hizo fue oscurecer al candidato de Catalunya Sí que es Pot, Lluís Rabell, distorsionando el mensaje que se quería transmitir a los catalanes.
De hecho, Iñigo Errejón, secretario político de Podemos, tuvo que hacer una visita de urgencia a Barcelona poco antes de que arrancara la campaña para calmar los ánimos de los círculos de militantes catalanes que habían hecho llegar a Madrid su desacuerdo con la manera con la alianza que se había gestionado con ICV y EUiA.
Muchas de estas críticas iban dirigidas a Ubasart, que en ese momento asumió que las cosas no se habían hecho del todo bien y se comprometió a abrir un proceso de debate. Errejón, por su parte, llamó a cerrar filas ante la transcendencia que la batalla catalana iba a tener para las generales de diciembre.
Los malos resultados el 27-S –ICV en solitario obtuvo 13 diputados en 2012– han reforzado las tesis de los críticos y abren un boquete en la estrategia de Iglesias para las generales, que se suma al de Andalucía, donde los resultados en las autonómicas tampoco fueron los esperados.
Iglesias sabe que sin un buen resultado en estas dos comunidades autónomas el 20-D no puede aspirar a ser una pieza decisiva en el tablero político español de los próximos años.
Sectores de Podem acusan a Iglesias de intervencionista y le afean su protagonismo en la campaña