No entienden nada
Quizá la palabra que mejor defina actualmente mi estado de ánimo ante el deterioro que se ha producido en la investigación en España es la de desconcierto. Máxime cuando veo que todos los que pueden hacer algo para remediarlo te dicen que sí, que hay que solucionarlo porque la ciencia es el futuro, pero la realidad es que ahí estamos… Este desconcierto se agudizó el otro día cuando asistí a un encuentro en el que participaban tres investigadores séniors, otros tres científicos que se han tenido que marchar de España para poder trabajar y representantes de los partidos que tienen o pueden tener representación parlamentaria.
Los científicos expusieron la triste realidad que vivimos, cómo se está dilapidando el esfuerzo realizado, cómo estamos dejando en la estacada a gente con un potencial enorme, cómo se han esfumado los contratos pre y postdoctorales, las enormes dificultades para dotar a los grupos de investigación de imprescindibles técnicos y gestores, porque esto es un trabajo de equipo... En una palabra, cómo estamos enviando a España al furgón de cola de la investigación... Turno de los políticos: sí, hay que hacer un esfuerzo, este campo es prioritario… Y nada más.
A mí sólo me venían a la cabeza preguntas: si reconocéis que es vital, ¿por qué no hacéis nada?, ¿por qué no buscáis soluciones?, ¿cómo habéis permitido que se reduzca el presupuesto un 40% y cómo la oposición no ha hecho de esto una bandera? En vuestras manos está, sois los que tomáis decisiones, quizá demasiados pegados al día a día. En ciencia se requiere un planteamiento a largo plazo, una mínima estabilidad, una gestión ágil.
Pero no se hace nada. Sólo buenas palabras que desgraciadamente no se traducen en hechos. Porque creo que en el fondo no entienden de verdad que la ciencia genera riqueza. Y, aunque no la generase, no quieren apostar por el avance que produce el conocimiento, ese que nos ha permitido gozar de esa situación privilegiada a la que queremos volver... Sí, ya sé que hay crisis, pero muchos países en crisis han seguido apostando por la investigación porque saben que ahí está la clave para salir de esta situación. Uno se puede apretar el cinturón, arrimando el hombro para tapar agujeros, pero lo que no se puede es pararlo todo esperando que no pase nada. Eso no funciona así. Es inviable.