Los refugiados enfrentan al Govern y el Ayuntamiento
El desencuentro es tan evidente que hasta las oenegés que trabajan con los inmigrantes exigen que se reme en “la misma dirección”
Oficialmente no hay roces entre la Generalitat y el Ayuntamiento de Barcelona por lo que respecta a los planes de acogida de los refugiados. Pero ahí está el problema: los planes. En plural. El Govern asegura que conoce el proyecto de ciudad refugio de la alcaldesa Ada Colau “por la prensa”. El Ayuntamiento replica que su plan “está abierto a debate y sugerencias”. El enfrentamiento soterrado es evidente para muchos, en especial para la red Asil.cat, que ha pedido a las dos administraciones “que se coordinen para evitar duplicidades”.
La mejor imagen del desencuentro se ha producido en el viaje a Alemania de la alcaldesa, que quería conocer in situ cómo ha respondido el país al drama de Siria. Ningún grupo de la oposición aceptó participar en la expedición. Fuentes del Govern, que aseguran que no fueron invitados, consideran que el viaje era “obviable” porque lo que los expedicionarios escucharon y aprendieron “lo podrían haber escuchado y aprendido aquí de boca de expertos de la Cruz Roja o de Médicos sin Fronteras”.
Altos cargos autonómicos como Àngel Miret, a quien la Generalitat ha nombrado coordinador del comité permanente para la acogida de refugiados en Catalunya, niegan que haya enfrentamientos. Estas voces no se mueven un ápice de un discurso que tiende constantes puentes al gobierno municipal y resume las discrepancias en “malentendidos que se resolverán pronto y que quizá fueron provocados por las ganas de ayudar cuanto antes”.
Pero responsables de rango inferior reconocen sottovoce la incredulidad con que han recibido algunas de las propuestas de Ada Colau, que ven irrealizables, como la transformación del edificio del Fòrum en una especie de moderna isla de Ellis, el gran centro de recepción de inmigrantes en Estados Unidos a comienzos del siglo XX. La alcaldesa anunció que aquí se acogería a partir de noviembre a los refugiados durante un breve periodo de tiempo y luego se los redistribuiría por Catalunya. Unos 600 se quedarían en Barcelona y otros 600 en otras localidades catalanas. Estas fuentes ignoran por qué la alcaldesa se arroga competencias que no le corresponden o de dónde salen estas fechas y cifras. El Estado aún no ha dicho nada y no se sabe cómo repartirá los 15.000 asilados que ha aceptado acoger.
Nadie habla de ningunear a Ada Colau y son frecuentes los elogios a los profesionales municipales, en especial a los responsables del centro de emergencias sociales. Sin embargo, el Govern trabaja con otras perspectivas y con otros números. Benestar Social espera a unos 3.000 refugiados, “que no vendrán en un día, sino a lo largo de dos años”. Catalunya, añaden responsables de la conselleria, “está preparada”.
El problema no es la recepción de estas personas, “la punta del iceberg del drama”, sino lo que ocurrirá en el futuro con los casi diez millones de desplazados que ha provocado la guerra de Siria, un conflicto que no tiene visos de una rápida solución. Según Amnistía Internacional, al menos cuatro millones de esos desplazados se han expatriado. El 95% se hacinan en tan sólo cinco países de acogida: Turquía, Líbano, Jordania, Irán e Egipto.
Un dato refleja que 3.000 personas son un grano de arena en esta playa, explica Benestar Social. Catalunya recibió el año pasado sin aspavientos a 117.000 inmigrantes económicos: 17.000 del resto de España y los demás, de Latinoamérica, el Magreb y el este de Europa. Y, a diferencia de muchos de ellos, los refugiados no vienen con una mano delante y otra atrás, sino con permisos de residencia y de trabajo, y con ayudas de los fondos comunitarios (unos 6.000 euros por persona y
A UN LADO . . . Todos los grupos de la oposición declinaron viajar a Alemania con la alcaldesa Ada Colau
año, que no se entregan en mano, sino que el Estado debería repartir entre las distintas administraciones y entidades humanitarias). Además, estas 3.000 personas serán reubicadas. No vienen directamente de la guerra. Tampoco acaban de desembarcar de una patera. Ya llevan meses en Grecia e Italia, donde recibieron las primeras ayudas. Vendrán con maletas, móviles… La Generalitat los albergará inicialmente en la Casa Bloc de Sant Andreu. No sólo serán sirios, afganos y eritreos, como dijo en su día Colau. También somalíes e iraquíes. En cuanto se haya evaluado su estado, entre una y dos semanas después de su llegada, serán realojados en su destino definitivo.
La representante de una de las entidades de Asil.cat, una red que ha utilizado su atalaya para exigir “coordinación institucional”, lamenta la imagen de “administraciones dándose codazos por ser los primeros en salir en la foto”, pero admite que la Generalitat tiene competencias de las que carece el Ayuntamiento de Barcelona “y este es el momento de remar en la misma dirección”.
. . . Y AL OTRO El Ayuntamiento dice que el plan de ciudad refugio está abierto a debate y sugerencias