Franco bajo un gran culo
NIETÍSIMA. Bertín Osborne ha hecho con Carmen Martínez-Bordiú lo que debía, tratándose de un programa como En la tuya o en la mía (La 1, miércoles noche): una entrevista distendida y variopinta, con titulares para la prensa del corazón y atractiva para los seguidores del mundo rosa. Una buena entrevista para un programa de entretenimiento, que era lo exigible, y no un interrogatorio para la comisión de la verdad. Quienes esperaban un juicio sumarísimo a la nietísima están que trinan, pero... ¿era una entrevista de Bertín Osborne la ocasión idónea para colgar por los pulgares a una señora que lleva 40 años paseándose por el couché y los platós sin sobresaltos? Carmencita siempre ha estado ahí, en estado de revista. Bertín sólo le ha hecho una visita más. En la tele pública, cierto, y aquí podríamos discutirle la nómina de interlocutores que elige (o le eligen) para la televisión de todos, y hasta podríamos exigir a cada entrevistado pureza de sangre democrática hasta la tercera generación en línea ascendiente, pero entonces no acabaríamos nunca de vetar a unos y otros por esto o lo otro, hasta cerrar TVE (que la fundó Franco). La realidad es que las andanzas de la nieta de Franco (qué quieres) siempre han tenido auditorio. Vetarla en la televisión pública estatal por haber tenido el abuelo que tuvo (un militar acomplejado y sanguinario convertido en vengativo y longevo dictador) es una opción, y en Alemania así lo harían, pero España siempre ha fusilado mal y ha hecho las revoluciones a medias, España ha sido siempre menos eficaz y mucho más entretenida. Yo me conformo con que En la tuya o en la mía me muestre cómo la nietísima tiene el retrato de su abuelo asfixiado entre un montón de fotos anodinas y casquivanas y aplastado bajo un enorme óleo con un rotundo y rutilante culo desnudo, un culazo cósmico. Qué mejor metáfora del fracaso póstumo del dictador asexuado (nietísima dixit), involuntaria y contundente disección crítica que no hubiese igualado el más despiadado análisis del más indignado tribunal formado por todos los ofendidos por esta entrevista, diga la nieta lo que diga de su querido abuelito. DRAGÓ. Fernando Sánchez Dragó empezó a hablar de libros en TVE hace 40 años. Yo tenía 15 años y me encantaba verle despellejar autores. Hecho un chaval de 79 años, Dragó vuelve a hora a lo mismo en Libros con uasabi (La 2, domingos tarde): Dragó sigue haciendo la mejor entrevista literaria posible, y durante el debate ulterior consigue callar para dar voz a un brillante trío de lectoras “de grácil cintura” (palabras del patriarca): Ayanta Barili (que le llama “padre”, por serlo), Anna Grau y María Pedroviejo, que durante el primer programa sostuvieron una inteligente conversación a libro abierto con Milena Busquets, un alarde de sinceridades contundentes y reflexiones valiosas, una delicia infrecuente.
“AMB FILOSOFIA”. Hay que tomarse la vida con filosofía, lo sé. Pero no es fácil. Por eso agradezco un tutorial con garantías como el que dispensa Amb filosofia (Canal 33, sábados noche), para compensar tanto debate sobre politiquerías y economías y culebrones. El amigo Emili Manzano tiene el talento de reunir a los mejores pensadores del terreno para darles cámara y camino: obtenemos así píldoras de saber ver y saber vivir, que de eso va lo de filosofar. Un gran pequeño lujo de nuestra televisión. ¡Gracias!
Si pedimos pureza de sangre democrática a todos, acabaremos cerrando TVE, que la fundó Franco