Jorge Javier Vázquez
comunicador
Jorge Javier ha escrito un libro tremendo Último verano de juventud. Dice jugar a caballo entre la realidad y la ficción pero apuesto que la ficción es menor y la realidad, absoluta. Una autoestima baja, enfrentarse a una edad que le recuerda que el presente es pretérito y que, en la vida, siempre hay un momento para empezar el descenso. Jorge Javier llega al estudio como es: divertido, empático, educado y agradable. Se sabe reír de sí mismo pero interpreto que no le gusta nada que se rían de él. En el libro cuenta su pasado con un exceso de drogas, alcohol y de sexo. A mi parecer es lo de menos en el libro. Es mucho más interesante su planteamiento vital frente al trabajo como uno de los presentadores más venerados y a la vez criticados: la envidia como señal inequívoca. Ahora está haciendo de actor y contrasta la crítica con el público. La crítica va por un lado, los llenazos en los teatros por el otro y entiendo que ha conseguido que los elementos negativos externos que antes le perturbaban ahora le resbalen. Hemos quedado en tomar un café o en Madrid o en Barcelona. De hecho, la gracia del libro es que ha obviado pasajes del Sálvame que, dicho sea de paso, podría haber sido un título alternativo para su novela recién editada.