Rock y rumba riman con erre
No parece que los hermanos Muñoz apliquen la máxima lampedusiana de que tienen que pasar muchas cosas para que en el fondo nada cambie. Al menos en esta fornida nueva entrega sonora, donde han acabado por materializar un anhelo que han ido plasmando progresivamente en sus discos. Son los hermanos de Cornellà los primeros en reconocer que lo suyo es la rumba, pero también el rock, y de eso han ido evidentes muestras a lo largo de estos tres lustros. También es verdad que cuando se suben a un escenario su margen de versatilidad no es muy amplio, basculando entre el formato de rítmico dúo acústico o como grupo en clave rumba pop, de iguales efectos adictivos.
Con la Rumba a lo desconocido (imaginativo título sin duda) el énfasis por el pulso esencial del rock es nítido y determinante. A los Muñoz les gusta el rock español deslenguado y de tralla eléctrico-guitarrera, y aquí explotan con ganas esa vena, en buena medida gracias a la participación en la producción y en las mezclas de Rafa Sardina y Cheche Alara. Por no hablar de la colaboración casi siempre gloriosa de Antonio García de Diego. Esa decantación eléctrica, afortunadamente, no parte al disco en dos, enfrentándose a los temas rumberos más convencionales, sino que mantiene una unidad que deviene la principal virtud. Y aunque quizás líricamente carezca de la frescura de Tu calorro, La raja de tu falda o El del medio de Los Chichos, la madurez es un grado que se valora. Y en ellos todavía más.