La Vanguardia (1ª edición)

La mejor defensa...

- Joan Josep Pallàs

El segundo parón de la Liga, un coitus interruptu­s en toda regla, sirve para certificar una fenomenal obviedad: las fases de clasificac­ión de las seleccione­s para los grandes campeonato­s son tan largas como previsible­s, acostumbra­n a provocar lesiones y al final siempre pasan los mismos con alguna excepción de rigor para que no se diga. En realidad, mucho más interés futbolero ha despertado estos días el fichaje del carismátic­o y cachondo técnico alemán Jürgen Klopp (“llámenme the normal one”) para levantar el ánimo del deprimido Liverpool.

Klopp, hoy técnico de prestigio, empezó su mediocre carrera como futbolista siendo delantero y la acabó también vulgarment­e como defensa y ese dato en apariencia inocuo no lo es tanto si se repara en una coincidenc­ia recurrente: la mayoría de los entrenador­es que hoy destacan nunca fueron atacantes, es más, existe una extraño fenómeno que convierte a antiguos centrales, tirando a leñeros, en técnicos atrevidos y hasta innovadore­s.

En la Liga española está Eduardo Berizzo, padre de un Celta convertido en la revelación gracias a un fútbol irreverent­e, intenso y ofensivo que zarandeó al Barça como a un muñeco. “Esta victoria honra al fútbol”, dijo Berizzo después de aquel partido. Nadie lo hubiera dicho viéndole en acción en sus tiempos de central, cuando lo mejor, resumiendo, era no acercarse a él.

Paco Jémez es el paradigma de metamorfos­is en ese sentido. Ayer greñudo y hoy calvo, su tranformac­ión capilar vino acompañada de otra conceptual. En la temporada 2012-13 su Rayo fue el tercer equipo europeo en tener más tiempo el balón. Le superaron dos, el Barça, que ganó la Liga, y el Bayern, que levantó la Copa de Europa.

Berizzo, técnico revelación de un Celta ofensivo e innovador, daba miedo como central

Cuando era jugador era un central corrector, notable e internacio­nal, pero no se le recuerdan posesiones largas.

De Marcelo Bielsa cuentan que era “un defensor rocoso”, de Pellegrini destacan su condición de “zaguero limitado pero de gran esfuerzo” (menudo eufemismo) y la lista continúa con elementos que fueron más pulidos pero nunca delanteros. Koeman, Laurent Blanc o Pochettino, por poner tres ejemplos. Y atentos a Abelardo, otro tipo que vivió el juego corriendo más hacia atrás que hacia delante y que ahora despunta dando órdenes desde el banquillo del Sporting.

Guardiola fue mediocentr­o, Ancelotti también, mientras que tipos como Benítez (líbero sin éxito) o Mourinho no hicieron carrera como jugadores. ¿Y Luis Enrique? Anárquico y vertical, nunca tuvo una demarcació­n clara, tampoco la de delantero nato.

“¿Usted qué pensaba cuando estaba dentro del área?”, le preguntaro­n a un goleador legendario. “Yo no pensaba, disparaba”, contestó. He aquí una respuesta orientativ­a como reflexión.

 ??  ??

Newspapers in Spanish

Newspapers from Spain