El PP moderará su crítica a C’s ante futuros pactos
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Identificar al PSOE con Podemos y a Ciudadanos con el PSOE. Esa es la estrategia del PP para las próximas elecciones generales, con un enemigo a batir, los socialistas, pero con un adversario al que debe frenar sin enemistarse con él, Ciudadanos, ya que puede necesitarlo para gobernar si no obtiene mayoría absoluta como apuntan todas las encuestas.
Para combatir el PSOE, el PP tiene clara su estrategia: repetir una y otra vez que éste se ha radicalizado, se ha echado en manos de Podemos, que votar al PSOE es hacer que gobierne Podemos, como ha ocurrido en muchos ayuntamientos hasta ahora gobernados por el PP y que los socialistas, dicen, han regalado a fuerzas más radicales. Una alianza de izquierdas radical que los populares presentarán como una amenaza real a la recuperación económica de España.
La estrategia no está tan clara respecto a Ciudadanos, admiten en el PP, porque la crítica es obligada a la formación naranja, que se nutre tanto de votantes socialistas como populares; es obligada para frenar su ascenso en las encuestas. Por eso, en palabras de un dirigente del PP, habrá crítica, “pero se acabó llamarles naranjitos”. Lo que el PP tiene claro es la imagen que quiere dar de Ciudadanos, un partido cuya principal carencia, subrayan las fuentes de la dirección del PP consultadas, es la falta de experiencia de gestión.
Como harán con PSOE y Podemos, el PP utilizará esa falta de “experiencia” para señalar a C’s como otro riesgo para la recuperación económica, la principal baza del Gobierno para pedir de nuevo el voto el 20-D. Ese será su eje de campaña, hasta el punto que ocupará el 80% de los mensajes electorales. Eso, y un mensaje dirigido a los hasta ahora votantes del PP, sobre todo entre sus simpatizantes urbanos, que pueden ver en C’s una “derecha moderna” o una forma de castigar al PP sin quitarle del gobierno, pensando que luego le apoyará para formarlo.
A esos electores potenciales del PP, el mensaje será que no se olviden de lo que ha hecho C’s en otros lugares, que ha apoyado a gobiernos del PSOE, como en Andalucía. Los populares sostienen la tesis de que C’s, que ha apoyado a Cristina Cifuentes en Madrid, “apoya al PSOE cuando puede y al PP cuando no tiene más remedio”.
De momento, el PP tiene claro que su discurso es económico, y lo será de una manera muy amplia, aunque reconocen que también deben llevar propuestas en materia de regeneración democrática e institucional en su programa, porque ahí es donde les puede ganar C’s. Lo que sí es mayoritario en el PP es la idea de que no debe ser un eje principal de su mensaje electoral la unidad de España, por mucho que la haya hecho suya Ciudadanos. “Somos lo que somos y lo debemos decir con orgullo”, sin avergonzarse de nada, pero tampoco haciendo una sobreexposición de ello, porque puede ser contraproducente, reconocen las fuentes consultadas. Se trata de no dar facilidades a C’s para que le robe su espacio, que es de lo que alertaba el expresidente del Gobierno central, José María Aznar, en sus críticas a la dirección del PP por no afrontar “los avisos” de los electores.
Y después están las listas. El PP ni ha empezado a hablar de ellas, por mucho que algunas informaciones hayan intentado ya colocar a ministros y dirigentes del PP en una u otro lista, en uno u otro puesto. En la dirección popular sostienen que hablar de nombres, cuando las Cámaras están todavía en funcionamiento, es poner en entredicho a sus actuales diputados y senadores. Además, tampoco prevén grandes revoluciones ni una renovación que vaya más allá de la que es normal en todas las elecciones. Las fuentes consultadas subrayan que las caras nuevas sólo puedan ofrecerlas los nuevos partidos, y ahí está el reproche de la falta de experiencia en la gestión, pero un partido de gobierno, y que aspira a seguir gobernando, debe hacer valer su gestión y que las nuevas figuras que nutran las listas tengan un mínimo de experiencia. Como dice un dirigente del PP, “que al menos hayan sido alcaldes de su pueblo”.
El PP tiene que hacer un grupo parlamentario que sirva para sostener a un gobierno, aunque después le toque estar en la oposición, y sobre todo debe formar un grupo que dadas las circunstancias que dibujan las encuestas, esté preparado para la negociación y el diálogo, y que sobre todo esté acostumbrado a tratar y pactar con otros partidos, algo que no se aprende en dos días, además de dominar los asuntos importantes en una gestión de gobierno.
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